La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Sevilla (UPA Sevilla), junto con los Ayuntamientos de los municipios sevillanos de La Puebla del Río, Isla Mayor y Aznalcázar, han solicitado a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible la no obligatoriedad de inundar los arrozales en otoño e invierno, para evitar la proliferación de la enfermedad del virus del Nilo.

Muchos agricultores dedicados al cultivo del arroz, pertenecientes a los términos municipales de los Ayuntamientos mencionados, perciben unas subvenciones agroambientales para la protección de sistemas agrarios de especial interés para las poblaciones de aves esteparias y aves de los arrozales andaluces. Dichas ayudas, llevan aparejados una serie de compromisos que hay que cumplir para acceder a ellas. Una de esas obligatoriedades es que, una vez terminado el ciclo productivo del cultivo (normalmente en septiembre u octubre), hay que inundar los arrozales y mantenerlos inundados hasta el 15 de enero.

Pero, como es sabido, en las últimas semanas, las localidades arriba mencionadas, así como otras poblaciones sevillanas, vienen padeciendo un grave problema sanitario derivado de la transmisión del virus del Nilo que traen las aves migratorias, y que se transmite a la especie humana a través de la picadura del mosquito común.  Este virus ha provocado el fallecimiento de tres vecinos de estos municipios. Las personas afectadas en la provincia de Sevilla ya rozan el medio centenar, catorce de ellas están hospitalizadas en centros sanitarios, de las que cuatro se encuentran en la UCI. Según los datos de la Consejería de Salud, las muestras positivas por fiebre del Nilo son treinta, y el número de casos confirmados es de diecinueve.

El hábitat natural de los mosquitos son los humedales estancados. Los agricultores están muy preocupados, al igual que los de otras partes de España, porque saben que los arrozales inundados son el escenario idóneo para que continúe la propagación del virus, dado que el riego del cultivo finaliza en octubre, por tanto, las aguas que permanecen en las parcelas quedan “estancadas y sin renovación” hasta mediados de enero.

Por todo ello, con la excepcionalidad ocasionada por la enfermedad provocada por el virus del Nilo, “solicitamos a la Consejería, la modificación del apartado mencionado de la Orden reguladora de las ayudas, al efecto de no tener la obligatoriedad de mantener inundados los arrozales hasta el 15 de enero”, argumentan desde UPA Sevilla. Además, “también pedimos que esa exención no implique la pérdida de la ayuda, puesto que se trata de una situación de fuerza mayor”, concluyen desde la organización agraria.

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