La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha denunciado que los agricultores de la pedanía de la carrera de la Font d’En Corts y de San Luis tienen serios problemas para poder regar sus campos y además sufren los efectos negativos de la degradación de la zona, en la que proliferan los robos y el uso de las acequias como vertedero.
Los campos se encuentran en su mayoría abandonados por la imposibilidad de regar en condiciones adecuadas para poder plantar las hortalizas de temporada, ya que tal y como aseguran los agricultores de la zona el riego de media hanegada de campo les lleva más de 7 horas, que se alargan a días enteros en el caso de campos de varias hanegadas de extensión.
Los agricultores se ven obligados incluso a utilizar motores a gasolina de su propiedad para poder regar, lo que implica un sobrecoste económico, que provoca el abandono progresivo de la huerta del sur de Valencia por falta de rentabilidad.
Pese a ser catalogada como «Huerta protegida», los agricultores no reciben ningún tipo de protección, muestra de ello es que les roban sus cosechas con total impunidad y deben regar con los sobrantes de Rovella, de las excavaciones de construcciones y de la bomba de agua de la pista de Silla, lo que significa que no cuentan con una dotación de agua suficiente en sus acequias. Sin embargo, la ley de protección de la huerta sí que implica una serie limitaciones para su trabajo que dificultan la viabilidad agraria, puesto que no pueden plantar determinados cultivos arbóreos, entre otras restricciones como la construcción de invernaderos, al tiempo que no reciben inversiones económicas que preserven el entorno y posibiliten el mantenimiento de una actividad económica fundamental.
Por todo ello, AVA-ASAJA reclama a la administración que ponga en marcha medidas urgentes para solucionar estos problemas, entre las que destacan la puesta en marcha del pozo de la Fontenta de San Luis que abastecería a estas pedanías o la reestructuración de las acequias para adaptarlas a las nuevas características de los caudales, así como su mantenimiento y su limpieza regular. En una reunión realizada recientemente el Ayuntamiento de Valencia ha prometido a los agricultores de esta zona un aumento del caudal fruto de la construcción del Casal España que permitirá regar varios meses, pero esta medida no deja de ser un parche provisional que no soluciona los problemas a largo plazo.
Por otra parte, la organización demanda que se establezca vigilancia para luchar contra los robos generalizados de cosechas y para impedir el uso de acequias como vertedero en el que se abandonan multitud de escombros de forma continuada. En este sentido, la entidad señala que la acumulación de escombros en las acequias de la jurisdicción de Francs, Marjals i Extremals, dependiente del Ayuntamiento de Valencia, genera inundaciones cuando se producen lluvias abundantes. Asimismo, a las medidas de conservación que requiere la zona se suma también la necesidad de una inversión en las carreteras y los caminos rurales, que se encuentran completamente descuidados.
El mantenimiento y gestión de las acequias corresponde a las Juntas de Regantes, que están formadas por los propietarios de las tierras a regar. Por encima de ellas está la Confederación Hidrográfica correspondiente. Los ayuntamientos carecen de competencias.