SEO/BirdLife y WWF han presentado este miércoles 22 un informe que recoge la evolución y los efectos en la fauna silvestre del uso ilegal del veneno para perseguir depredadores en nuestro país, a lo largo de más de dos décadas y donde se recoge que entre 1992 y 2017, se ha confirmado la muerte por consumo de cebos envenenados de 21.260 animales, pudiendo llegar la cifra real a más de 200.000, en un total de 9.700 delitos contra la fauna.
El estudio recoge la principal información disponible sobre los efectos del uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural y supone una actualización del realizado por SEO/BirdLife y WWF en 2016, que contenía datos generales hasta 2013. Para esta actualización se ha llevado a cabo una petición de información ambiental a todas las comunidades autónomas españolas sobre datos relativos a los casos de veneno registrados entre 2013 y 2017.
PRINCIPALES CONCLUSIONES DEL INFORME
En 25 años en España se ha confirmado la muerte por envenenamiento de 21.260 animales, en un total de 9.700 episodios de envenenamiento,. Cada episodio ha podido dar lugar a la muerte de varios animales y es, cada uno de ellos, un delito contra la fauna enmarcado en el artículo 336 del Código Penal. Estos datos constituyen únicamente la punta del iceberg de este problema, siendo la dimensión real del mismo mucho mayor ya que sólo se detecta una pequeña parte de los casos totales. Esos datos registrados por las comunidades autónomas podrían suponer entre el 10 y el 15% de un dato real que podría superar los 200.000 animales.
El uso ilegal de veneno genera un impacto muy grave en la biodiversidad española, siendo las rapaces el grupo de fauna silvestre más afectado (35%), seguido de los animales domésticos (21%) y de los carnívoros terrestres (9%). Impacta en especies como el buitre negro, el buitre leonado, el alimoche, el quebrantahuesos o el milano real. Todas estas especies, en su mayoría amenazadas, junto a otros mamíferos, como el oso pardo, lobo ibérico, lince ibérico o zorro, son víctimas todos los años del uso de cebos envenenados, un problema que también afecta a numerosas mascotas en entornos urbanos, si bien el informe solo recoge casos de envenenamiento en el medio natural. De las cinco primeras, España conserva algunas de las principales poblaciones mundiales y de ahí también la especial responsabilidad que como país y como sociedad hemos asumido desde hace años en la lucha contra el veneno.
El veneno más utilizado en España es el carbamato aldicarb, sustancia prohibida desde el año 2007, y que aparece en el 40% de los episodios registrados, seguido del carbofurano (24% de casos), prohibido desde 2008, y la estricnina (5%), prohibida desde 1994.
Por primera vez, el análisis recoge los ‘puntos negros del veneno’, que son los municipios españoles con más casos de veneno en todo el periodo 1992-2017. En la cúspide está Tudela, seguida por Zaragoza, Bunyola y Albacete.
Por su parte, las CC. AA. que más casos por cebos envenenados acumulan son las de mayor extensión territorial. En primer lugar, Andalucía, seguida de Castilla y León y, después, Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón y Extremadura. Sin embargo, al comparar el número de episodios con la superficie de cada comunidad en km2, los resultados son algo diferentes y pasan a los dos primeros lugares dos comunidades pequeñas, como son Baleares y el País Vasco.
Con respecto al anterior informe publicado en 2016, se observa un descenso progresivo en los casos detectados de envenenamiento de fauna, situación que puede estar reflejando el trabajo que durante años se viene haciendo para reducir la incidencia de este delito. España ha avanzado mucho en las dos últimas décadas, encontrándose en mejor situación y con mejores herramientas que el resto de países europeos para erradicar esta lacra global, siendo un referente internacional.
Según David de la Bodega, Responsable del Programa Legal de SEO/BirdLife, «el trabajo de instituciones, administraciones y de personas con una dedicación especial sobre este problema, ha resultado decisivo en estas dos décadas para poner límite al veneno. Fiscalías de medio ambiente, guías de unidades caninas especializadas, técnicos de las administraciones competentes, Seprona, agentes de medio ambiente y forestales especializados y técnicos de las ONG han dedicado gran parte de su trabajo a terminar con esta amenaza para nuestra biodiversidad».
Para Carlos Cano, experto en lucha contra el veneno en WWF España, «pese a los notables avances, el esfuerzo realizado aún no es suficiente con todavía un alto número de episodios y, además, se observa una cierta relajación de las instituciones y CCAA. Al mismo tiempo es preciso que Portugal se sume a esta tarea, ya que estas especies utilizan todo el territorio peninsular».
WWF España y SEO BirdLife incluyen en el informe una serie de recomendaciones para las administraciones públicas para la mejora de la situación, creen clave e imprescindible para impulsar la lucha contra el veneno la cooperación entre personas y regiones, con el impulso del MITECO. Esta colaboración entre personas ha mostrado ser una de las claves para lograr ser el primer país en el mundo que hace frente con cierto éxito a los envenenamientos ilegales de fauna silvestre.