El sector de Frutos Secos de Cooperativas Agro-alimentarias de España propone al Ministerio la recuperación de la ayuda nacional a los frutos de cáscara en la próxima PAC, el mantenimiento de la actual ayuda asociada, el establecimiento de ecoesquemas que favorezcan determinados sistemas productivos y la puesta en marcha de un plan de reconversión a las plantaciones tradicionales de secano, como única vía para asegurar su viabilidad

Estas propuestas tratan de responder al desequilibrio de mercado que atraviesa el sector afectado por el cierre del canal HORECA como consecuencia del estado de alarma decretado desde marzo para la gestión de la pandemia del COVID-19, la práctica desaparición de las exportaciones y la presión ejercida por las importaciones de almendra americana a la Unión Europea, que según las previsiones de Almond Board, aumentarán, ya que prevén un récord de producción, 1.361 millones de toneladas de almendra, lo que supone un 17,6% respecto a 2019. A esta situación hay que añadir la importante caída de las cotizaciones de la almendra en los últimos meses en las diferentes lonjas nacionales. En enero la almendra se cotizaba en la Lonja de Reus a 5,30 €/Kg grano frente a los 3,40 €/Kg de la segunda semana de junio.

Tal y como ha destacado el presidente del sector, Roger Palau “el cultivo del almendro ocupa una superficie productiva de más de 450.000 hectáreas en España, de las cuales el 86% están cultivadas en secano con rendimientos significativamente menores a los de regadío, lo que dificulta su pervivencia en un contexto de máxima y creciente competitividad que deriva en unos escasos ingresos y baja rentabilidad”, por lo que considera necesario un plan de reconversión para estos cultivos.

Los representantes de las cooperativas insisten en la necesidad de que el sector de frutos secos tenga una consideración especial en el marco de los debates actualmente abiertos sobre el futuro de la PAC y su aplicación en España mediante el “Plan Estratégico”, o las medidas que desplegarán como consecuencia de la “Estrategia de la Granja a la Mesa”. El presidente sectorial, Roger Palau ha insistido en la relevancia de esta actividad agraria, tanto por el impacto medioambiental del cultivo, como por su impacto positivo en el desarrollo rural de las regiones productoras, tanto desde el punto de vista social como económico.

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