Pese a los buenos augurios que se avanzaban recientemente, la organización agraria Asaja Córdoba ha informado de que la campaña del girasol se prevé con una excelente producción debido a las buenas condiciones meteorológicas, pero con escasa rentabilidad para la campaña del girasol cordobés.
Esta situación “pone en peligro la continuidad del cultivo por el bajo valor de los ingresos en la venta de la cosecha”, pues está por debajo de los costes de producción que se sitúan en torno a los 480 euros por hectárea, según los datos de la Junta de Andalucía.
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, explicó que, en concreto, en la provincia se suelen producir unos 1.300 kilos por hectárea, mientras que, en países como Francia, esa productividad llega a los 2.000 kilos por hectárea. En los principales productores de Europa, como Rumanía o Ucrania, la producción es de 4.000 kilos por hectáreas.
No obstante, este año la campaña del girasol cordobés se ha mantenido prácticamente la misma superficie de cultivo, poniendo freno así a una tendencia de cinco años perdiendo terreno en detrimento de cultivos alternativos como la colza o el almendro.
Y es que en 2019 se produjo una bajada del tres por ciento de superficie cultivada y en la campaña anterior se detectó una disminución del 15 por ciento “debido a su escasa rentabilidad”.
La superficie cultivada este año supera las 27.500 hectáreas en la provincia, repartidas principalmente por los términos municipales de Córdoba, La Carlota, Fernán Núñez, Castro del Río, Espejo, Montilla y Cañete de las Torres.
Por otro lado, Fernández de Mesa ha subrayado que “se trata de un mercado bastante cerrado”, en manos de muy pocas empresas que lo controlan dependiendo también de los mercados exteriores poco controlables y en manos de menos empresas aún.