España no está de acuerdo con la «aproximación» de la Comisión Europea sobre la producción en el sector ganadero o cárnico, que parece cuestionada en la estrategia «De la granja a la mesa», dijo este lunes 8 el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
Así lo explicó Planas en una declaración a la prensa, en el marco de una videoconferencia de ministros europeos de Agricultura para hablar de las dos nuevas estrategias de Bruselas, «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad 2030».
«No estamos de acuerdo en la aproximación en relación con el sector ganadero o cárnico, creemos que hace falta un análisis de fondo (…) no una breve referencia de pasada, que hace el documento, que parece querer poner en tela de juicio la producción de ese sector tan importante», dijo el ministro.
Ante sus homólogos, señaló que el sector ganadero desempeña un «papel clave» en las áreas rurales y pidió evitar los enfoques que puedan «crear problemas» a los productores.
En la citada estrategia, la CE se compromete a ayudar a reducir el impacto ambiental y climático de la producción animal y a promover la investigación de fuentes de proteínas alternativas, de origen vegetal, marino o a través del consumo de insectos, que puedan plantearse como sustitutos de la carne.
Este asunto fue uno de los puntos que mencionó el ministro en el debate sobre ambas estrategias, que «se sitúan en la línea de pensamiento y acción de la UE y de España» para conseguir los objetivos de los acuerdos de París sobre cambio climático y en materia de descarbonización, dijo. «Entendemos que globalmente y estratégicamente van en el buen sentido», señaló el ministro.
Planas pide que Europa exija las mismas condiciones a los productos de terceros países
Por otra parte, Planas pidió a Bruselas que explique «cómo ha calculado» los objetivos (en relación con la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes, o de antibióticos para el ganado) fijados en la estrategia «De la granja a la mesa» y confió en que facilite un impacto económico detallado de sus propuestas.
También subrayó la necesidad de «presupuesto, tiempo y flexibilidad» para cumplir esos objetivos, «teniendo en cuenta que nos encontramos en situaciones productivas agronómicas muy distintas en función de los Estados miembros».
«Vamos a darnos unas normas muy estrictas en la UE», dijo el ministro, que quiso saber de qué manera «juega el principio de reciprocidad y la homogeneidad de condiciones sobre las producciones hechas en países terceros» que luego son importadas a la UE.
Asimismo, mencionó el presupuesto de la futura Política Agrícola Común, y valoró que la nueva propuesta de Bruselas incluya 26.434 millones de euros más.
Aunque es «un paso en la buena dirección», la negociación no ha hecho más que empezar y ahora comienza «lo difícil», dijo el ministro, que confió en un acuerdo pronto, y que sea «bueno».
«Nuestro objetivo es lograr al menos los mismos fondos que en 2014-2020», señaló.
Por último, el ministro se refirió a la complicada situación del aceite de oliva, afectado por la crisis del coronavirus y los aranceles de Estados Unidos y pidió a Bruselas que tenga en cuenta el «problema específico» de ese sector.