La Interprofesional de Melón y Sandía de Castilla-La Mancha ha considerado acertada la planificación que están haciendo los productores y les ha recomendado que disminuyan la superficie de siembra en un 20 por ciento, como consecuencia del año atípico que se está viviendo por el coronavirus.
El presidente de la Interprofesional, Cristóbal Jiménez, ha pedido a los agricultores que «no bajen la guardia» en la planificación porque, a los posibles problemas de mano de obra y el acusado descenso del consumo, podría sumarse el solapamiento con campañas más tempranas de otras regiones que registran retrasos en la cosecha de unos veinte días por las lluvias.
Según Jiménez, esta circunstancia podría provocar que haya una excesiva oferta en un momento determinado que tendría un impacto negativo en los precios.
Asimismo, ha apuntado que en Castilla-La Mancha ha terminado la primera fase de plantación que se hace con manta térmica y supone menos del 10 por ciento de lo que se plantará en la región durante toda la presente campaña de siembra respecto a la de otros años.
Las próximas siembras serán ya convencionales y comenzarán en cuanto los agricultores puedan reanudar su actividad tras el cese de las precipitaciones que se están registrando en las localidades productoras.
El principal reto del sector es la adecuación de la oferta a la demanda, ha subrayado Jiménez quien ha recordado que en un año normal se alcanzan las 6.000 hectáreas de melón, con una producción de 210.000 toneladas, así como unas 2.500 hectáreas de sandias, en las que se producen 180.000 toneladas.
Jiménez ha apuntado que estos volúmenes de esta siembra son los «razonables» para poder comercializar sin problemas a un precio justo, porque el mercado lo absorbe perfectamente, aunque ha puntualizado que se debe de tener en cuenta «que se pueden producir vaivenes, como va a ocurrir este año por la COVID-19».
En este contexto, la interprofesional ha considerado en nota de prensa que «repetir estas cifras en un año como este sería un error», ya que aunque de forma paralela el sector comercializador sigue trabajando, intentando abrir nuevos mercados «al trabajar con un producto tan perecedero es un problema exportar a países terceros de muy larga distancia».
Aun así «se está intentando, probando fórmulas novedosas para llevar nuestro producto a países como Japón y EE.UU.», ha destacado Jiménez, que ha añadido que es necesario adaptar los calibres a sus preferencias, porque en estos países «no quieren melones y sandías con tanto peso como en los nuestros», ha advertido.
en Japon se comen ls melones amargos, como entrante-ensalada :
ls aliñan con un aceite ( en su caso sesamo ) dnde maceraron pimienta negra o cayena
No tiran nada, y todo lo aprovechan = pais peqeño con 130 M habitantes …
Espero haber dado una idea a alguien cn capacidad de canalizar esto en forma d beneficios