Abierto y en período de consulta pública el nuevo ciclo de planificación hidrológica de las cuencas hidrológicas de competencia estatal, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ha podido conocer del Ministerio de Transición Ecológica su intención de retirar de la próxima planificación las obras de regulación de obras hidráulicas –presas y embalses– que estaban aprobadas en el último Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021, y que hasta ahora no se han ejecutado.
Salvo la obra del Recrecimiento del Agrio, en Sevilla, con una inversión prevista de 50 millones de euros, que se mantiene en el Esquema Provisional de Temas Importantes –documento previo al futuro Plan Hidrológico del Guadalquivir-, el resto de infraestructuras hidráulicas han sido eliminadas de un plumazo, de modo que la presas de Cerrada de la Puerta en Jaén, San Calixto en Córdoba, Castillo de Montizón, en Ciudad Real y Velillos, en Granada, ya aprobadas por planes anteriores pero pendientes de ejecución, ahora simplemente dejan de aparecer.
Ven «un fraude y una verdadera estafa al regadío» que se retiren de la planificación unas inversiones a más de 450.000 hectáreas del regadío andaluz
Las obras eliminadas suman una inversión total de 150 millones, que ya se habían escamoteado al regadío por la vía de los hechos y ahora se escamotean también en la planificación. «Aún no hemos salido del estupor, en lugar de garantizar fechas concretas para la ejecución de obras comprometidas hace seis años, lo que se propone el Gobierno es eliminarlas directamente de los papeles», explica el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, que tampoco da crédito a la explicación recibida por los responsables del Agua del Ministerio: «Nos han dicho que los dos últimos planes estuvieron orientados a la satisfacción de la demanda de agua y que este tiene que centrarse por exigencias de Europa a los objetivos ambientales, pero esa explicación tendría sentido si las inversiones para satisfacer la demanda de agua se hubieran ejecutado, a no ser que esto vaya solo de rellenar folios por rellenar folios, sin intención alguna de llevarlos a la realidad».
El presidente de los regantes andaluces considera «un fraude y una verdadera estafa al regadío» que se retiren de la planificación unas inversiones que conciernen a más de 450.000 hectáreas del regadío andaluz, que los regantes llevan demandando y esperando más de una década y que «estábamos convencidos de que se acabarían haciendo, aunque fuera con retraso, al estar recogidas en documentos oficiales del Estado». «La decepción es mayúscula», incide José Manuel Cepeda, que subraya la paradoja de que se les considere un servicio esencial, mientras no se disponen las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad de un recurso que es esencial para ellos: el agua. «La presente crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha dejado claro cuáles son los servicios esenciales para la población y el regadío lo es, porque del regadío depende hasta el 60% de la producción agrícola nacional, y sin ella no sería posible la garantía y soberanía alimentaria en nuestro país», afirma el presidente de Feragua.
«Sin nuestra agricultura de riego, en una situación como la que estamos viviendo, iríamos al supermercado y no encontraríamos frutas u hortalizas, o dependeríamos de países terceros para encontrarlas, por eso la administración considera que nuestra actividad es esencial, pero paradójicamente desde hace lustros nos excluye de las inversiones y no acomete las obras hidráulicas que necesitamos para garantizar la disponibilidad de agua y para que podamos desarrollar nuestra actividad sin restricciones como a las que nos vamos a ver abocados este campaña, en la que solo vamos a poder disponer de la mitad de la dotación habitual en el Guadalquivir», explica José Manuel Cepeda.
Feragua acusa al departamento que dirige Teresa Ribera de «anteponer la flora y fauna a las personas y la utopía ecologista a la garantía alimentaria de los seres humanos» y subraya las contradicciones de un Gobierno dividido en el que el Ministerio de Agricultura aprueba medidas para aliviar la situación del sector agrícola y el encargado de las competencias ambientales hace todo lo contrario, poniendo en peligro el futuro de la agricultura de riego, responsable no solo de la mayor parte de la producción agrícola sino de la agricultura más competitiva e innovadora.
Finalmente, Feragua ha advertido de las contradicciones internas de un Ministerio que dice apostar por el reto demográfico mientras obstaculiza la actividad de la que depende principalmente el empleo y la fijación de la población en el medio rural. «La garantía de agua para el regadío es la mejor fórmula para evitar la despoblación, excluyendo las inversiones hidráulicas que la hacen posible, el Gobierno no solo ataca la seguridad alimentaria y un sector productivo competitivo y de prestigio internacional, también actúa contra la España vaciada, vaciándola aún más y evidenciando la demagogia insustancial de su discurso», concluye el presidente de Feragua.
(Fotos: Archivo)