Las cooperativas de España, Francia e Italia pedirán a Bruselas la puesta en marcha de medidas excepcionales, incluida la activación del almacenamiento privado para retirar del mercado vinos de alta calidad con el fin de ayudar al sector, muy afectado por el impacto económico del coronavirus.
Después de una videoconferencia el lunes, los principales productores de España, Francia e Italia acordaron además solicitar a la Unión Europea el desencadenamiento de una destilación de crisis, que incluya el alcohol para uso sanitario.
También abogaron por una mayor flexibilidad en la aplicación de las medidas del programa de apoyo al sector vitivinícola y la financiación de todas esas acciones a través de nuevos fondos del presupuesto comunitario.
Según un informe de la Comisión Europea publicado, el consumo global de vino de la UE se ha visto muy afectado por las medidas para combatir la pandemia, ya que mientras las ventas minoristas están aumentando, el consumo en restaurantes y bares «se ha detenido», sobre todo en los vinos de alta calidad.
«Este cambio en el consumo está afectando negativamente principalmente a los vinos espumosos y de alto valor», reconoce el informe, que augura una caída de las exportaciones de vino de la UE de un 14% entre 2019 y 2020.
La petición ha sido planteada por las Cooperativas Agro-alimentarias de España, Cooperation Agricole de Francia y la Alleanza Italiana delle Cooperativa, que representan la mitad de la producción europea de vino y el 25 % a nivel mundial.
Según argumentan, esas medidas son necesarias para evitar una mayor caída del mercado de los vinos de alta calidad y facilitar que agricultores y cooperativas puedan mantener su actividad cuando la crisis vaya remitiendo.
También piden que el estado miembro tenga la posibilidad de complementar el precio de la destilación y almacenamiento y que se flexibilice la aplicación de los planes nacionales, tanto en medidas como en presupuesto por anualidad, para adaptar dichos planes a las necesidades actuales de cada país.
Los productores recordaron que la crisis de la COVID-19 se ha añadido a una situación «ya complicada» para los productores y cooperativas vitivinícolas en la UE, debido a los aranceles impuestos por EEUU desde el mes de octubre pasado y por la caída del mercado chino en un primer momento y luego en el resto del mundo.