ASAJA de Castilla y León valora positivamente el anuncio del pasado viernes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de establecer ayudas directas para los ganaderos de ovino y caprino, dada su situación crítica por la caída del consumo y, a consecuencia de ello, las cotizaciones de los corderos y cabrito, aunque considera que el apoyo debería de destinarse únicamente a los ganaderos, y no a intermediarios u otros operadores que intervienen en la cadena.
Por eso, la organización agraria espera que el Ministerio abra un periodo de consultas antes de publicar el real decreto que regulará estas ayudas, y que tenga en cuenta las opiniones de las organizaciones que representan a los afectados, de manera que el dinero que se destine a este fin compense de verdad a los profesionales por las pérdidas que les está ocasionando esta situación y no a los intermediarios.
ASAJA recuerda que el problema no solamente es que los lechazos y cabritos se estén vendiendo muy por debajo del coste, sino que en muchos casos permanecen en las explotaciones sin que exista la posibilidad de encontrar un comprador, incrementándose los costes de alimentación y perdiendo categoría comercial al pasarse de peso y de edad. Por eso, el anuncio que ha hecho el Ministerio «no satisface al sector, ya que da respuesta parcial al que vende, pero no da respuesta a quien no tiene comprador, para el que también habría que habilitar ayudas».
ASAJA considera que el apoyo debería de destinarse únicamente a los ganaderos, y no a otros operadores que intervienen en la cadena, dando prioridad al ganadero profesional, y además debería elevarse el número de animales susceptibles de percibir ayuda por encima de los 70 que inicialmente propone el Ministerio.
Exigen no importar de países de dentro y fuera de la Unión Europea mientras haya aquí excedentes
Por último, ASAJA pide que la ayuda se tramite en el procedimiento integrado de solicitud única junto con las ayudas de la PAC, y que se abone el importe que corresponda tan pronto como la administración haga las comprobaciones oportunas.
Esta medida que propone el ministerio de Agricultura no debe de ser la única, y se ha de trabajar en promocionar el consumo del lechazo y cabrito en los hogares, y sobre todo acordar con las grandes cadenas de alimentación una oferta variada y atractiva de estas canales, así como no importar de países de dentro y fuera de la Unión Europea mientras haya aquí excedentes. ASAJA considera muy grave que en momentos críticos como estos pr el coronavirus no haya una apuesta total por el producto nacional, y pide a las administraciones que ejerzan máximos controles en ese sentido.
La organización profesional agraria insiste en reclamar al Ministerio que reivindique en Bruselas la apertura del sistema de intervención para el ovino y caprino, dado que hasta ahora los responsables comunitarios solo contemplan este sistema de ayudas al almacenamiento para intermediarios para canales de vacuno “principalmente porque desconocen la importancia de la ganadería extensiva tiene en los países del sur”, apunta ASAJA.
Por último, ASAJA insiste en que las administraciones “están dejando fuera de cualquier cobertura al cochinillo, producción que se canalizaba casi íntegramente a restauración y que ahora mismo está totalmente bloqueada, porque ni siquiera está entrando en el canal de distribución normal, como supermercados y carnicerías”.
Por su parte, Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura plantea que estas ayudas se destinen a fomentar la retirada de corderos y cabritos del mercado mediante incrementos de tasas de reposición en las explotaciones.
En opinión de la unión de cooperativas extremeñas, de quedarse estas ayudas tal como están planteadas, se puede distorsionar el mercado y hacer bajar aún más los precios, ya que el texto de este Proyecto de Real Decreto condiciona las ayudas al sacrificio ganadero de cabritos y corderos con el objetivo de favorecer la salida de estos animales. Sin embargo, no tiene en cuenta las fases intermedias en el movimiento del ganado ovino y caprino hacia el matadero, lo que motivaría que los ganaderos no pudiesen acogerse a dichas ayudas.