Ha reconocido que los productores del sector lácteo "lo están pasando muy mal", con la desaparición de explotaciones diarias, debido a "las dificultades para salir adelante".

    En su opinión, se trata de una situación "que no se puede consentir", ya que "el peor escenario" sería la desaparición gradual de los ganaderos, de manera que España tuviera que importar de terceros países leche que tuviera que pagar a precios "bien altos".

    "Por el bien de los consumidores españoles, de la calidad de la leche que consumimos y por el bien del mantenimiento de las poblaciones en el medio rural, lo más inteligente es que toda la cadena alimentaria se comprometiera en defensa de un sector que ha hecho un gran esfuerzo de modernización", ha sostenido.

    Se trata de un esfuerzo que va desde "sofisticadas" técnicas de ordeño, hasta la conservación en frío o la mejora genética de producción de leche y que desde su punto de vista "no puede echar por la borda".

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