Las crecidas de los cauces, tras los temporales que ha sufrido la provincia de Palencia en los últimos días, han provocado daños cuantiosos por los desbordamientos en tierras de labor cercanas a los ríos, anegando zonas sembradas de cereal y otros cultivos a punto de recolectarse como remolacha, sin olvidar pérdidas económicas por daños en infraestructuras de riego, maquinaria agrícola e incluso algún animal.

Igualmente las riadas han producido daños y situaciones dramáticas en algunos puntos negros de la provincia. Es el caso de Nestar, donde un ganadero no sólo ha sufrido daños materiales y destrozos en la nave, la sala de ordeño y las infraestructuras de su explotación y su vivienda, sino que el desbordamiento del Rubagón ha llegado a provocar la muerte de un ternero y dos perros, y situaciones de angustia y miedo por ver en peligro su vida y la de sus vacas.

Esta situación ha llevado a ASAJA Palencia a solicitar a la Confederación Hidrográfica del Duero que arbitre las medidas oportunas para compensar económicamente a los agricultores y ganaderos afectados por las riadas.

Además ASAJA pide a la CHD por enésima vez que proceda a la limpieza de cauces de ríos y arroyos para evitar los desbordamientos y encharcamientos en fincas y explotaciones. La organización cree que estas situaciones se podrían haber mitigado si el organismo de cuenca llevara a cabo regularmente este tipo de actuaciones. Además de la limpieza, reivindica la regulación de los cauces que permitiría almacenar el agua, y disponer de ella en épocas de escasez, en una provincia con déficit histórico de capacidad de agua embalsada.

Precisamente, y atendiendo a las continuas quejas de agricultores y ganaderos que sufren daños cuando hay alguna crecida por los desbordamientos, ASAJA denunció en septiembre el estado de abandono en que se encuentran gran parte de los cauces de la provincia, llenos de maleza y vegetación, lo que impide el flujo normal del agua, así como su capacidad de desagüe.

Esos avisos continuados también los recibe Confederación “pero no hace nada para solucionarlo, y lo que es peor, cobran a los agricultores por limpiar lo que debería  hacer CHD, multa constantemente y lejos de asumir sus responsabilidades las deriva e incumple con sus obligaciones”, denuncia ASAJA. “El despotismo define la línea de actuación de este organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, el más exigente con los administrados”.

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