EFE.- En dicha zona se juntan tres regiones biogeográficas: la atlántica, la alpina y la mediterránea, lo que convierte a Navarra en la única región europea donde esto sucede y permite que existan en un territorio pequeño especies características de las tres regiones.
Pamplona, a pesar de ser un municipio eminentemente urbano, conserva un rica biodiversidad que aprovecha los espacios verdes disponibles para alimentarse, reproducirse, cobijarse o simplemente, hacer un descanso en sus migraciones.
Un factor que influye en la rica flora y fauna de Pamplona es la diversidad de tipos de zonas verdes existentes, ya que a los parques y jardines se unen las huertas, los campos de cultivo, las zonas forestales, y fundamentalmente los ríos Arga, Elorz y Sadar con sus riberas, que recientemente se han visto sometidas a actuaciones de mejora y acondicionamiento.
Dicha fuente ha destacado que especies amenazadas como la nutria o el visón europeo, que no se veían desde hace muchos años por las orillas de los ríos de Pamplona, están siendo detectadas de nuevo en la ciudad, lo que, ha valorado, "representa un claro indicador del buen estado de salud de los ríos y sus riberas".
Respecto al nuevo volumen de la colección "Biodiversidad Urbana de Pamplona", iniciada en 2006, el Ayuntamiento ha destacado que se trata del octavo monográfico y que recoge fichas sobre estos mamíferos, con las descripciones de su especie y biología, además de los mapas con su distribución en Navarra y en Europa.
El Ayuntamiento ha editado 2.000 ejemplares impresos en papel de celulosa procedente de bosques gestionados de forma sostenible, los cuales se distribuirán de forma gratuita a colegios, bibliotecas, universidades, y otras entidades públicas, privadas y ONG que trabajan en la conservación de la biodiversidad o la educación ambiental.
Tanto esta publicación como las anteriores sobre aves, anfibios, reptiles o mariposas, tienen el objetivo de "poner en valor y divulgar la riqueza de la biodiversidad urbana de Pamplona", según ha señalado en un comunicado el Consistorio.
Los autores del estudio son Mari Carmen Escala, David Galicia y Enrique Baquero (Departamento de Zoología y Ecología, Universidad de Navarra) y Uxue Itoiz y Gabriel Berasategui (Ornitolan Servicios Ambientales).
En Pamplona, según dicha fuente, los erizos, topos, musarañas, musgaños o ardillas rojas conviven con conejos, jabalíes, corzos o liebres, aunque también hay predadores como el zorro, el turón, la comadreja, la gineta, la garduña, el tejón, la nutria o el visón europeo.
Todos viven en el entorno de la ciudad, bien sea en el Parque Fluvial, en San Cristóbal o Ezcaba o en las zonas de huerta.
El libro contiene un capítulo especial sobre el coipú, un mamífero exótico introducido en Europa desde Sudamérica por las granjas peleteras; la liebre ibérica, cuya presencia no está clara en Pamplona; el lobo ibérico, especie extinta en Pamplona aunque hasta 1917 se podía ver todavía algún ejemplar; y el gato doméstico, que no es una especie silvestre pero en libertad constituye una amenaza para la conservación de las especies autóctonas.
Fuera de este volumen han quedado los murciélagos o quirópteros, que ya fueron objeto de uno de los libros anteriores de la colección (El nóctulo mediano en Pamplona).