Tres fondos de capital riesgo, Proa Capital, Ventura Capital y Towerbrook Capital Partners, compiten por quedarse con la histórica Pastas Gallo, controlada en su totalidad por la familia Espona Massana.
Según avanza este viernes 10 La Vanguardia, estos tres fondos participarán en la puja por comprar el 100 % del líder español del sector de las pastas alimenticias, que factura unos 200 millones de euros y tiene un beneficio bruto de unos 20 millones.
Tras examinar el perfil de los potenciales inversores, su solvencia, el plan industrial y el precio u horquilla de precios no vinculante que ha adelantado cada uno de ellos, la familia Espona ha decidido seleccionar a estos tres fondos.
Estas tres entidades, las dos primeras con sede en España y la tercera con sede en Londres, tendrán acceso a la contabilidad interna y a todo tipo de información confidencial de la empresa para estudiarla y decidir si presentan una oferta vinculante y firme a mediados de junio, cuando está previsto que culmine esta fase del proceso.
Este diario apunta que, salvo cambios de última hora, quedarían fuera de la operación otros grupos de alimentación del sector agroalimentario como Ebro Foods, las multinacionales italianas o algunas otras empresas españolas de la alimentación.
Pastas Gallo, fundada en 1946 por José Espona Pallarés en Rubí (Barcelona), pertenece a los hermanos Pedro Antonio, Pilar, Fernando, Silvia y Carlos Espona Massana. Todos ellos forman parte del consejo de administración y trabajan en la actualidad en la compañía, cuyo presidente y director general es Pedro Antonio. Carlos y Fernando están al frente de la dirección financiera e industrial, respectivamente, Silvia es la responsable del departamento de comunicación y marketing y Pilar se encarga del de compras.
El mayor de la familia, José María, que era el consejero delegado y quien llevaba las riendas del negocio desde el fallecimiento del fundador en 1997, vendió sus acciones al resto de sus hermanos en el 2012, un año después de la muerte de su madre. Desde entonces, cada uno de los cinco hermanos que permanecen tiene el 20% del capital del grupo. El año pasado, Pastas Gallo anunciaba el traslado de su sede social fuera de Cataluña, en concreto a la ciudad de Córdoba, ante la situación política y como reacción a una eventual declaración unilateral de independencia.