Dicen que las comparaciones son odiosas, pero algunas lo son más de la cuenta, hasta el punto de pensar en un olivar rico y un olivar pobre. Y aunque la situación de los dos países no es la misma, lo cierto es que el aceite virgen extra italiano ha subido un 38% desde el pasado año mientras el español ha experimentado un descenso de algo más de un 23%, ante el enfado generalizado del sector que ya ha pedido incluso el almacenamiento privado para frenar en la medida de lo posible la caída de los precios.
Es justo reconocer que la tendencia alcista de los precios de los aceites vírgenes en Italia se debe principalmente a la fuerte caída de su producción en la actual campaña. Se estima un volumen de 178.000 toneladas (hasta finales de enero se habían obtenido ya 170.000) frente a una previsión de consumo de 480.000 toneladas. En España, por contra la previsión habla de cerca de millones de toneladas de aceituna para molturar, de las que se podrán obtener más de 1,3 millones de toneladas de aceite.
Por eso, mientras en España y en Grecia los aceites de oliva vírgenes se están pagando a precios sensiblemente inferiores a los de la campaña pasada, en Italia registran subidas importantes. En la semana 9 (del 25 de febrero al 3 de marzo) el aceite de oliva virgen extra se pagaba en Italia a 5,80 euros/kilo, lo que supone una subida del 38,1% respecto a la misma semana de la campaña pasada, de acuerdo con los datos de la Comisión Europea. En España, sin embargo, estaba esa semana a 2,64 euros/kilo (un 23,8% más bajo que el año pasado) y en Grecia a 2,84 euros (un 16% más barato).
En aceite virgen la situación es similar. La cotización en Italia (3,67 euros) es un 10% más alta que hace un año mientras que en España se observa una caída casi del 30% (2,32 euros) y en Grecia del 16,7% (2,65 euros).
Curiosamente , en el aceite lampante, por el contrario, en Italia se da el olivar pobre, al registrarse el precio más bajo: 1,88 euros/kilo (-36,3% respecto al año pasado) y España el más alto 2,17 euros (-31%).