La Alianza UPA-COAG considera lamentable que, en un contexto de enorme incremento de ataques de lobos en Castilla y León en este último año, y de estudios científicos que avalan que en esta región hay más de 1.900 lobos, «conozcamos que el Tribunal Supremo anula definitivamente el Plan de gestión del Lobo con las consecuencias que ello acarreará».
En su opinión, con esta decisión judicial «se vuelve a poner de manifiesto lo que nuestra organización agraria lleva denunciando desde hace meses, y es que los tribunales de justicia con sus veredictos parecen velar más por la fauna que por las personas, en este caso ganaderos que ven cómo la expansión descontrolada de especies animales afecta muy seriamente su patrimonio económico».
«La protección ilimitada y extrema de la fauna salvaje provoca plagas y graves problemas sociales, económicos y sanitarios»
La Alianza UPA-COAG considera un «despropósito que las administraciones competentes con sus tibias actuaciones y los propios responsables de la justicia de nuestro país no atiendan a quienes estén en peligro de extinción, que son las personas que habitan el medio rural y las zonas de sierra y montaña, puesto que su preocupación parece estar en que prevalezcan los intereses animales antes que el de los ciudadanos».
La organización recuerda que la normativa recoge a través de la directiva europea Hábitat el permiso de actuaciones excepcionales a la protección permitiendo los controles de especies «para evitar daños graves en especial a cultivos y ganado…. Así como a otras formas de propiedad». Esta norma además debería complementarse con un verdadero Plan de Gestión que controle realmente la población de esta especie en todo este territorio.
Por eso, hacen un llamamiento a la Junta de Castilla y León para que este nuevo varapalo judicial en forma de auto dictado por el Tribunal Supremo días atrás, sea respondido «como se merece» por el gabinete jurídico de la Administración regional. Legalmente debe controlarse una especie que se ha expandido extraordinariamente por todo el territorio regional en los últimos años provocando daños millonarios a los ganaderos de Castilla y León, tanto al norte como al sur del Duero.
Por último, insisten en que «la protección ilimitada y extrema de la fauna salvaje está provocando plagas y graves problemas sociales, económicos y sanitarios que sorprendentemente siguen siendo secundarios para el colectivo político y judicial, tal y como se desprende de las actuaciones que a diario sufrimos quienes vivimos y realizamos nuestra actividad profesional en el medio rural.