El oficio de tallero (aquella persona que trabaja recolectando plantas silvestres) era muy habitual en áreas agrícolas hace décadas, pero, con la industrialización de la agricultura, entre otros factores, se ha ido perdiendo. También, “desde los años 40 a los 60, el estado de los montes era mucho mejor pues estaba cuidado por quienes aprovechaban sus recursos. Pero ahora están abandonados, sucios y las plantas muy secas por la sequía”, comentan Rafael y Francisca, un matrimonio de agricultores ecológicos bien conocedor del cultivo y la destilación de plantas aromáticas, una labor que siguen practicando desde hace muchos años. Han compartido su experiencia y conocimientos con el grupo de personas desempleadas de la Región de Murcia que participan en las acciones del Banco Laboral Agroecológico, iniciativa llevada a cabo por la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) en varias CC.AA.
“En la actualidad, es más difícil encontrar planta de calidad, que tenga un alto contenido en aceites esenciales como antaño, por eso cada vez son más frecuentes las plantaciones de aromáticas en sus distintas variedades” señala Francisco. “Aunque la destilación de plantas aromáticas data de tiempos inmemoriales, al igual que su uso por ejemplo en medicina o condimentos, es una actividad que está recobrando fuerza, como puede ser con el tema de los cosméticos”.
Esta actividad, fundamentalmente práctica, comenzó con la recogida de romero silvestre y otras variedades en los alrededores de la finca El Solar. El tallero explicó cómo elegir la planta óptima y cómo proceder a su corte, oficio que lleva desempeñando desde que era un niño. En el caso del romero, se pudo comprobar cómo es mejor tallarla cuando está más tierna y menos lignificada (leñosa) pues contiene una mayor concentración de aceites esenciales. También se explicó el uso de una hoz o una corvilla y el adecuado movimiento de muñeca, “una práctica que en apariencia es fácil, pero requiere de un conocimiento previo”. También, se explicó la importancia de la salud de los suelos y su microbiología como principio vital para la salud del planeta y sus habitantes.
De esta manera, los/as asistentes al taller fueron llenando la arpilá (una red de esparto con la forma de un saco que recoge la planta y facilita su transporte). Se explicó que para recoger mayores cantidades de planta, se hacía el uso del arpil (que es igual que la arpilá pero con mayor volumen). Una vez recogida la planta, los/as alumnos/as procedieron a llenar una caldera (que contenía un poco de agua) con el romero, taparla, sellarla con barro y encender el fuego del horno para hervirlo. “Una vez entran los vapores en la caldera arrastrarán los aceites esenciales de esta planta, pasarán por un serpentín que los enfriará y condensará y finalmente, obtendremos un líquido que separaremos por densidad como es el hidrolato o esencia”.
Francisca completó la acción formativa compartiendo su experiencia con el uso del hidrolato y las esencias, para elaborar productos de cosmética naturales, como jabones, cremas, ungüentos, tinturas… para uso particular o para su venta y colaboración con la Asociación ambiental Morus Alba, que trabaja por la recuperación de variedades del entorno de Corbera con fines medioambientales.
Esta formación se desarrolla en el marco del proyecto AgroecoInnova – Formación agroecológica para el empleo rural del Programa empleaverde de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) con cofinanciación del Fondo Social Europeo (FSE), que tiene como objetivo contribuir a mejorar la cualificación de los desempleados/as en técnicas de producción agraria ecológica para adecuar su perfil laboral a las necesidades actuales del sector de la producción ecológica.
Más info: comunicacion@agroecologia.net