La Rioja Alta, La Rioja Alavesa, el interior de Murcia y los terrenos colindantes de Granada y Almería hacen posible el abastecimiento de brócoli al consumidor nacional durante el verano, debido al clima suave en la época estival. En el resto de zonas, donde se produce esta verdura en los meses de invierno y de primavera, la mayoría de empresas que cultivan paralizan hasta septiembre su trabajo, debido a las altas temperaturas y a la baja densidad de precipitaciones.

Según detalla Javier Bernabéu, secretario de la Asociación +Brócoli, “ha habido un crecimiento ligero de entre un 2 y un 3%, respecto al pasado año, en las hectáreas dedicadas al cultivo de brócoli en verano”. En 2017, el 85% de la producción ultracongelada se destinó a la exportación, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (Asevec), perteneciente, a su vez, a +Brócoli.

es uno de los productos que más se destina al congelado

La producción de esta hortaliza necesita frío. Es por ello que en verano se traslada a la montaña y en invierno a las zonas costeras en búsqueda de lugares más frescos. Entre junio y septiembre, en las áreas de cultivo de Granada, Almería, La Rioja Alta, La Rioja Alavesa y el interior de Murcia se alcanzan los 35º durante el día, pero al caer el sol se desploman hasta los 18-20º. Estos cambios de temperatura aseguran el óptimo crecimiento de la hortaliza y que conserve el alto valor nutricional que la caracteriza y que la hizo merecedora del sobrenombre de ‘superverdura’ por el CEBAS-CSIC.

En la actualidad, esta crucífera española es uno de los productos que más se destina al congelado. En 2018, se espera que se alcancen las 115.000 toneladas de brócoli para este proceso de industria, frente a las 108.000 de 2016, según Asevec.

Por su parte, los precios del brócoli, tanto para fresco como para industria, han mejorado respecto a los últimos cinco meses: de enero a mayo se mantuvieron por debajo de los 30 céntimos de euro y en la actualidad superan los 40 céntimos.

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