Javier Botía Yáñez / Ingeniero Agrónomo y Director Consultora Ingenioo Studio
Es importante definir exactamente que funciones y labores lleva a cabo esta figura que ya empieza a conocerse en zonas europeas, pero que es muy habitual en zonas anglosajonas donde la cultura de la excelencia empresarial está muy consolidada y avanzada. Se trata de una figura que personaliza el management, aplicado a la gestión integral de proyectos de inversión de infraestructuras y bienes inmuebles que asegura la reducción de costes, aumento de la calidad de los mismos y el cumplimiento de los plazos previstos. Por tanto el Project Management (PM) comienza con los estudios de viabilidad económica y termina con la entrega del mismo a la propiedad.
El promotor del proyecto o propiedad en el modelo tradicional de gestión de proyectos no interviene y casi no participa en las decisiones trascendentales del mismo, como son las contrataciones principales que van a definir, controlar y ejecutar su tan querido proyecto. Con la figura de PM el promotor está perfectamente representado y lidera su propio proyecto.
El equipo de PM será responsable por tanto, de la definición conceptual del mismo programando las necesidades, definiendo los objetivos de manera clara, análisis de riesgos inherentes al proyecto, plan de costes inicial y la organización estratégica del proyecto a desarrollar. Posteriormente deberá definir el diseño del proyecto eligiendo al equipo apropiado que aúne experiencia y solvencia, aportando ingeniería de alto valor añadido. En la fase de contratación y ejecución entramos en una fase muy delicada del mismo y en la que el trabajo en equipo se hace una materia vital ya que los intervinientes en el proyecto pueden ser diversos y sus labores complementarias requeriendo un programa de trabajo muy escrupuloso y bien definido en fases anteriores. La optimización de costes, gestión de plazos, control de posibles cambios, coordinación de contratistas, control de la calidad de ejecución y de la buena aplicación de la seguridad y salud son los ítems que se suceden en estas fases. La última fase será la puesta en marcha del proyecto con la gestión de las pruebas pertinentes, cierre de contratos, recopilación de documentación final del proyecto y elaboración de dossier final de proyecto y la adecuada entrega a un cliente satisfecho que ha visto de cerca el éxito en la gestión de su proyecto.
Hablamos de una figura que aporta valor en la gestión moderna de proyectos en cualquier sector productivo y que asegura el éxito en la concepción y gestión de proyectos de gran envergadura, aunque es perfectamente adaptable a proyectos para pequeñas y medianas empresas que son las que verdaderamente necesitan de especialistas que le arrojen luz en materias y sectores que desconocen y que tienen su propio lenguaje y forma de actuación. Apuesten por la figura del Project Manager seguro no les dejará indiferentes.