Un ganadero de Castanesa, en el municipio de Montanuy (Huesca), se ha visto obligado a enfrentarse a un  oso cuando este se disponía a atacar a sus ovejas, consiguiendo que el plantígrado saliera huyendo. Los vecinos y ganaderos del Municipio de Montanuy dicen sentirse desolados e impotentes ante el ataque, y recuerdan que la presencia cada vez más frecuente de estos animales está dificultando la supervivencia de la ganadería extensiva.

La alcaldesa de Montanuy, Esther Cereza, explica que el miércoles 27 aparecieron ovejas dispersas y desorientadas en la localidad de Catanesa. A pesar de que las ovejas estaban cerradas en un cercado de valla ganadera, un oso pudo acceder al cercado y al terminar de recoger los animales se comprobó que una de las ovejas estaba devorada.

La sorpresa fue que al finalizar la jornada, el pastor de un rebaño de 2.000 ovejas situado en la parte alta del pueblo, al cerrar el rebaño en el cercado eléctrico se vio sorprendido por la presencia de un oso. El rebaño de ovejas se desorientó y el pastor tuvo al animal furioso de frente, a tan solo a cuatro metros. Aún así, tuvo tiempo de hacer una foto.

No puede usar perros mastines como hacía antaño por la actividad turística de esta zona y el peligro de que ataquen a un paseante

Recuerda la alcaldesa de la localidad que este pastor no puede contar con la ayuda de perros mastines, como lo hacía hasta hace unos años, por la incompatibilidad de estos y la actividad turística. Estos perros son guardianes del rebaño, esto quiere decir que ladran y ahuyentan a cualquier persona o animal que se acerque a una distancia del rebaño. Cuando el rebaño se encuentra cerca de los caminos o senderos turísticos, el visitante se ve asustado por el perro, con los consiguientes problemas para el propietario del perro.

La reintroducción del oso, dice la alcaldesa, esta suponiendo la desaparición de la ganadería extensiva en las zonas de montaña, un sector que ya de por sí esta en horas difíciles, y que no sólo garantiza el mantenimiento de la población en los pueblos, sino que es fundamental para el mantenimiento de la biodiversidad en un ecosistema tan sensible como la montaña.

El modo de vida actual y los sistemas de manejo del ganado son incompatibles con la presencia de este animal en el territorio, asegura la alcaldesa de la localidad. Afirma que no se puede pensar que en el siglo XXI el pastor tenga que pasarse la vida durmiendo junto a su rebaño.

(Foto: Josep Maria Cortinat en segre.com)

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