Las generosas lluvias de las últimas semanas están condicionando la campaña de la siembra de girasol, que acumula retrasos, y abre incertidumbres sobre la superficie que finalmente se plantará de esta oleaginosa en el país, en un contexto en el que avanzan alternativas como la colza o las leguminosas.
España contaba con algo más de 716.000 hectáreas del girasol en 2017, insuficientes para atender la demanda de aceites o de harinas para piensos de aves, cerdos o rumiantes, lo que obliga a ingentes importaciones desde países como Argentina, Rumanía o Ucrania.
Desde el sector agrario apuntan que quedará un 20 ó 30% de la superficie por sembrar, sobre todo porque en comunidades como Castilla-La Mancha o Castilla y León apenas han podido avanzar estas tareas, ralentizadas por la aparición de las precipitaciones.
A pesar de los bajos precios, «es el momento adecuado para pensar en la siembra de girasol»
Desde Cooperativas Agro-alimentarias, Toño Catón ha destacado que es un año «ideal» para apostar por la siembra de girasol tras las lluvias y confía en que se llegue a los niveles de 2017 y, aunque en territorios como Andalucía se han plantado muchos garbanzos, el exceso de agua podría obligar a «levantarlos» y sustituirlos por esta oleaginosa.
A pesar de los bajos precios, «es el momento adecuado para pensar en la siembra de girasol», más aún cuando España es muy deficitaria, puesto que produce unas 780.000 toneladas pero debe importar cada ejercicio alrededor de 1,2 millones de toneladas, ha añadido Catón. A su juicio, la futura PAC debería incluir apoyos específicos para incentivar este cultivo, clave en las rotaciones con cereal.
El secretario general de la Asociación Nacional de Empresas para el Fomento de Oleaginosas Nacional y su Extracción (Afoex), Jorge de Saja, espera que muchos agricultores se animarán a la siembra de girasol al tener agua y porque las expectativas de precio «no están mal» ahora, al menos en comparación con el año pasado, que fue negativo para los cultivadores y la industria por la supremacía del girasol ucraniano.
De Saja constata que, al margen de cada campaña con sus altos y bajos, el girasol «está perdiendo interés» en España pese a su gran potencial, lo que ha unido a Afoex y a las organizaciones profesionales agrarias para reclamar, de cara a la futura PAC post 2020, que se exploren ayudas específicas para fomentar su expansión.
Desde el Departamento Técnico de Asaja, Goyo Juárez ha referido igualmente que la impresión que hay en el sector agrario es que siga la tendencia de caída de superficies porque los precios «son malos» y se encadenan varias campañas con producciones bajas. «Veremos si se animan los agricultores» a sembrar, al mejorar las disponibilidades de agua, se ha preguntado Juárez.
Es un un cultivo que sigue siendo clave para la rotación del cereal, aunque en los últimos años ha ganado peso la colza
El gerente de la cooperativa Campo Segoviano, José Antonio Monjas, ha apuntado también que las lluvias han provocado el retraso de la siembra de girasol aunque muchos agricultores piensan plantar una cifra similar a la de los últimos años, unas 27.000 hectáreas en la provincia, de las cuales 5.000 corresponden a socios de esta compañía, cuando las tierras lo permitan y la climatología acompañe.
Monjas ha recordado que en este territorio existe margen, hasta finales de mayo, para sembrar el girasol, un cultivo que sigue siendo clave para la rotación del cereal, pero que en los últimos años ha ganado peso la colza en Castilla y León.
El secretario general de COAG-Sevilla, Ramón García, ha remarcado que parece confirmarse la tendencia de reducción de las superficies de siembra de los últimos años por la baja rentabilidad del cultivo, en beneficio en esta provincia por los garbanzos sobre todo.
García ha explicado que hay agricultores que sembraron pronto y se verán obligados a realizar una reposición por la escasa nascencia debido a los encharcamientos y muchos de ellos decidirán en los próximos días qué cultivar en función de la climatología.
Los agricultores vieron en 2017 que era complicado llegar a 300 euros por tonelada si cumplían los parámetros exigidos de calidad o grasa de la pipa mientras que los garbanzos pueden rondar los 1,40 euros por kilo, aunque en ambos casos se añaden las ayudas PAC.
El presidente de UPA Joven Castilla y León, Buenaventura González, ha referido que este año «habrá que ir a ciclos de semillas de girasol más cortos de lo normal», al tener que retrasarse las siembras por las lluvias -en esta Comunidad suelen hacerse desde el 10 al 20 ó 25 de abril- si se quiere recoger en septiembre para poder después rotar estos campos con trigo o cebada.
Ha valorado que el suelo tiene «tempero» o humedad ahora, lo que facilitará el desarrollo de esta planta que, precisamente, se hubiera enfrentado a problemas de nascencia si no hubiese llovido.
En sentido contrario, productores de todo el país tendrán que enfrentarse, como cada ejercicio, a los daños ocasionados por pájaros, conejos o jabalíes que se alimentan del girasol.