El futuro dela PAC parece que cumpliendo a rajatabla el guión del manual político que se esperaba. Un manual perverso (y luego se quejan de que la gente no vota en las elecciones europeas) porque juega con el futuro de los agricultores y ganaderos de toda Europa. Primero se planificó una campaña de recortes de los fondos, vendiendo inicialmente una redución de hasta el 30% en el Presupuesto, para luego rebajarlo al 10%, y ahora se empieza a ‘trabajar’ con la idea de la nacionalización de las ayudas.
Y siguiendo el guión previsto. Primero se dijo claramente que debería haber una re nacionalización de las ayudas, provocando el rechazo de todos, para pasar ahora a la misma idea, pero matizada. Como señalaba esta semana en León el portavoz jefe de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, la importancia de que la nueva PAC es que sea «lo suficientemente flexible» para adaptarse a las diferentes regiones europeas, así como a los distintos sistemas de producción y condiciones climáticas.
La CE habla ahora «no de una nacionalización, sino de fijar objetivos de manera conjunta para que luego sea cada país quien desarrolle»
Schinas puso de relieve que lo que los agricultores esperan de la nueva PAC «no es lo mismo» en los diferentes países, de ahí que Europa tenga que asumir «una actuación directa» en los grandes asuntos de mayor impacto, pero un papel «más modesto» en aquellos países que tengan capacidad para actuar de una manera más eficiente. «Hay que dar mayor papel a los países y regiones para que decidan dónde debe haber más intervención de esta PAC», añadió.
Sin embargo, y a pesar de este planteamiento, el portavoz jefe de la CE incidió en que no se trata de una nacionalización de las ayudas de la PAC, que garantizó que continuará siendo «una política europea y común», pero sí apostilló que se fijarán objetivos de manera conjunta para que luego sea cada país quien desarrolle y presente un plan sobre el aprovechamiento de los beneficios de la PAC y la mejor manera de alcanzar los objetivos comunes en cada país «según sus características y necesidades propias».
Una nueva estrategia para que cada país asuma el control de gran parte de sus propias ayudas, lo que a medio plazo puede provocar importantes efectos negativos y de discriminación no solo entre los propios países de la UE, sino incluso entre las propias CCAA, pero todo vendido en papel de regalo y justificado en que con esta vía «sí se podrá hacer frente a los grandes retos como el cambio climático, el aprovechamiento de las nuevas tecnologías o el desafío del relevo generacional», según señaló el representante de la CE.
Eso sí, el portavoz jefe de la Comisión Europea reconoció que la Comisión Europea «no presenta respuestas definitivas» aunque sí «ideas, opciones y alternativas», si bien la decisión final tendrá que ser fruto «del trabajo conjunto de quienes están sobre el terreno». Es decir, se hará lo que ellos quieran, pero la culpa será de los Estados.