Un estudio financiado por la Diputación de Jaén y la Unión de Pequeños Agricultores sobre la puesta en riego de la presa de Siles cifra en más de 12.000 hectáreas la superficie potencialmente regable con el agua de esta infraestructura hidráulica.
Además, el estudio, presentado este jueves 15, establece la necesidad de que la capacidad de riego de esta presa se sitúe en quince hectómetros cúbicos, tal y como se recogía en la declaración de impacto medioambiental del embalse.
«No podemos renunciar a la puesta en regadío de 10.000 hectáreas, que era el objetivo inicial de la presa»
El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, ha asegurado durante la presentación de este estudio a alcaldes y comunidades de regantes de la comarca, que se trata de «un informe objetivo y riguroso sobre lo que supone esta presa, las necesidades que hay en la zona y las líneas en las que se debería trabajar».
Este estudio, que se basa en datos recabados a través de ayuntamientos, comunidades de regantes y agricultores de la comarca segureña, delimita las zonas regables de nueve municipios pertenecientes a la misma, además propone un modelo de distribución o plan de explotación de las aguas procedentes de la presa de Siles hacia estas zonas basado en la cota del río de cada municipio y de la impulsión que se quiera realizar.
«No podemos renunciar a la puesta en regadío de 10.000 hectáreas, que era el objetivo inicial de la presa, y necesitamos esos 15 hectómetros que en principio iban destinados a riego en la comarca de la Sierra de Segura, una comarca que tiene problemas de despoblación y que tiene la amenaza del abandono de tierras al retirarse las ayudas del olivar en pendiente», ha señalado.
Por su parte, el secretario general de UPA-Jaén, Cristóbal Cano, ha recordado que los datos recogidos en el Plan Hidrológico son 3.500 hectáreas y 6,3 hectómetros para riego, pero que se trata de unas cifras «erróneas, porque en los documentos previos, como la Declaración de Impacto Ambiental, se hablaba de 15 hectómetros cúbicos para riego».
Una infraestructura que va a cumplir tres años de una «falsa inauguración», porque «no está puesta en servicio y porque su objetivo fundamental, que era el regadío del olivar de la zona no se está cumpliendo», tal y como ha expuesto Cristóbal Cano.