La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha anunciado este martes 16 a las organizaciones agrarias que presentará, previsiblemente este semestre, una «estrategia» para modernizar 800.000 hectáreas de regadío.
García Tejerina ha presidido el Comité Asesor Agrario -con los responsables de Asaja, COAG y UPA- en el que han analizado las prioridades de 2018, entre ellas la preparación de un borrador con dicha estrategia en materia de agua, según ha declarado a la prensa el secretario general de Agricultura, Carlos Cabanas.
El plan está vinculado a los trabajos para un «pacto nacional del agua», ya que la agricultura supone un 65% del consumo y el Ministerio reconoce la importancia de mejorar la «eficiencia» del riego, según Cabanas.
Acuerdo con las OPAs para crear una mesa nueva para abordar una reestructuración profunda del sector de fruta de hueso
Asimismo, Gobierno y sector han analizado, en la reunión, la propuesta de la Comisión Europea (CE) sobre la revisión de la Política Agrícola Común (PAC) y la situación de los distintos sectores.
Según las organizaciones agrarias, el segmento de cereales está en peor estado, por la sequía, mientras que el vino y el aceite van mejor si se analizan los precios -debido a una merma de cosecha-.
Además, han decidido crear una mesa nueva para abordar una reestructuración profunda del sector de fruta de hueso.
El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha reclamado, en declaraciones a los medios, «un plan inversor» en política de agua y que se «construyan y modernicen las miles de hectáreas de regadío», al igual que «se han modernizado aeropuertos y carreteras» en España, pues no basta con «parches».
El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha apuntado que la estrategia del Ministerio para modernizar las 800.000 hectáreas de regadío podría implicar una inversión de 3.000 millones de euros y ha destacado el «acuerdo» en el sector sobre la necesidad de un pacto nacional del agua.
El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, ha reclamado un incremento de las inversiones en regadíos, porque es «posible y viable» y, además, el panorama en el campo es «complicado», tras los efectos de la sequía.