El 1 de enero entra en vigor el Real Decreto 980/2017, de 10 de noviembre, por el cual se introducen cambios en la aplicación de la Política Agrícola Común (PAC) en España, entre otros aspectos se modifican algunas normas de la condicionalidad que deben cumplir los beneficiarios de ayudas agrarias y entre los que se encuentra que la aplicación de purines en las tierras agrícolas no podrá realizarse mediante sistemas de plato o abanico ni cañones, una medida con la que se pretende reducir la emisión de amoníaco y otros gases a la atmósfera.
ASAJA Toledo destaca que el sistema de plato o abanico es uno de los más utilizados para abonar con purines, sin embargo, a partir de enero, se tendrán que utilizar métodos de abonado que depositen el líquido a corta distancia de la tierra. Además, el RD 980/2017 también establece que los estiércoles deberán enterrarse después de su aplicación en el menor período de tiempo posible.
LA Administración ha insistido en la necesidad de enterrar el abono INMEDITAMENTE después de su aplicación para evitar la emisión de gases a la atmósfera
Así, esta organización agraria propone que se puedan utilizar aplicadores de purín con sistema de barras, cortina o tubos, «que echan el abono a ras del suelo y, además, son fácilmente adaptables a las cubas actuales, por lo que no requieren una inversión alta por parte del productor.» Por otra `parte, la organización también plantea «poder utilizar el plato tradicional invertido de manera que se pueda esparcir el líquido a unos 30 centímetros de la tierra».
La organización agraria ha presentado estas propuestas en el marco de una reunión mantenida con representantes de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural para analizar los efectos en la ganadería de porcino de las modificaciones aprobadas por el Gobierno central en la aplicación de purín en superficies agrícolas, cambios que tienen que ver con las normas de condicionalidad agraria y que llevan siendo objeto de preocupación del sector desde que se acercaran los cambios.
Ambas propuestas han encontrado una respuesta positiva por parte de la Administración, que ha insistido en la necesidad de enterrar el abono en el menor tiempo posible después de su aplicación para evitar la emisión de gases a la atmósfera.
ASAJA de Toledo solicitó la reunión a petición de los ganaderos de la comarca de Gálvez, principal zona productora de porcino de Castilla-La Mancha.