La producción ecológica está directamente enfocada a mejorar y mantener la fertilidad y calidad del suelo a través de distintas prácticas agrarias; hecho que también ofrece considerables beneficios para la adaptación al cambio climático. Algunas de estas prácticas, protegen y mejoran el secuestro de carbono (c) del suelo y son: 1) el uso de fertilizantes orgánicos (compost y estiércol); 2) la optimización de rotaciones de cultivos con leguminosas y cultivos de cobertura; 3) el cultivo de variedades mejoradas y adaptadas localmente y d) la protección de los pastos existentes para que no se conviertan en tierras de cultivo.
Estas consideraciones fueron expresadas por la Presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) Mª Dolores Raigón, y su director técnico V. Gonzalvez, en una reunión celebrada en Madrid con representantes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), que está recogiendo las opiniones de los distintos agentes del sector.
Las técnicas de producción ecológica además incrementan la biodiversidad dentro y fuera de la finca en un 30%
La mayor presencia de la materia orgánica en el suelo (MOS), da más productividad, mejor estructura y vida del suelo. Por ello, la adaptación al cambio climático es igual a incrementar la MOS, lo que mejora la salud de las plantas, mayor capacidad de retención de agua, más resistencia a sequía y otros eventos climáticos, contribuyendo a mantener y desarrollar la producción. Esto resume los resultados de estudios recientes y transmitiendo las conclusiones de sus últimas XXVI Jornadas Técnicas celebradas en Orihuela (Alicante), en la Universidad Miguel Hernández (UMH), el pasado octubre.
También señalaron que el secuestro de carbono en el suelo no es fácil de medir y es reversible (no es permanente) por lo que debe mantenerse el uso del suelo. Así pues, no puede considerarse una verdadera herramienta de mitigación, pero sí puede permitir compensar las emisiones, reduciendo el aumento de la concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, sin disminuirlas realmente, hasta el punto en que los suelos se saturen de carbono, ganando así tiempo para la aplicación de verdaderas reducciones de emisiones.
“Todo ello, junto a un menor desperdicio de alimentos y un cambio en la dieta de los humanos, va a contribuir a mitigar el cambio climático que ya estamos sufriendo en el sector agrario”, indicó MD Raigón, Presidenta de SEAE. “La producción ecológica además conserva los suelos, mejora la salud humana al producir alimentos de forma natural, es rentable e impide los procesos de eutrofización (acumulación de fósforo de los abonos sintéticos aplicados provocando la contaminación de aguas subterráneas y superficiales (como ya ocurre en el Mar Menor de Murcia)”, añadió V. Gonzálvez.
Las técnicas de producción ecológica además incrementan la biodiversidad dentro y fuera de la finca en un 30% (según un estudio comparativo sobre 94 fincas). En algunos casos esa biodiversidad vegetal se incrementa en un 70-100% vegetal y un 75-150% en hierbas adventicias. Es más, incrementa la polinización, disminuye las plagas y mejora el ciclo de nutrientes. Esto resultados han sido recopilados por el FIBL e IFOAM EU, en alguno de los cuales han participado socios de SEAE. SEAE está impulsando el proyecto Adapta Agroecología, de la Fundación Biodiversidad, que identifica y difunde las prácticas de la AE que permiten la adaptación al cambio climático.