En la pasada madrugada se ha conocido la noticia de que el gobierno de Trump ha decidido poner un arancel a la aceituna de mesa española tras considerar que, recibiendo subvenciones de la Unión Europea a través de la PAC, la aceituna se importa por debajo de su precio y, por tanto, perjudica a los operadores americanos.
Asaja Extremadura lamenta profundamente esta decisión que considera una “barbaridad y un grave golpe a la línea de flotación del sector” y traerá grandes consecuencias para los agricultores extremeños con pérdidas económicas incalculables, así como para el conjunto del país, ya que se calcula que el mercado de EEUU represente, aproximadamente, el 30% de la exportación.
Trump está eliminando la libre competencia y circulación de productos e imponiendo políticas proteccionistas
Para Ángel García Blanco, presidente de la organización, «este es el resultado de la política impuesta por Trump, bajo su lema, «America First’ (América primero). Que Donald Trump imponga a partir de ahora un arancel que va a oscilar entre el 2.31% y el 7,24%, no tiene sentido entre países y organizaciones modernas, abiertas y democráticas en el siglo XXI”.
Asimismo, señala que con esta decisión, Trump está eliminando la libre competencia y circulación de productos e imponiendo políticas proteccionistas que, curiosamente, «está afectando sólo a la aceituna de mesa española y no a la argentina o la griega»
Para ASAJA Extremadura, la Coalición para el Comercio Justo de Aceitunas Maduras de EE.UU., que es la organización que ha propuesto dicha medida, sólo intenta beneficiar a las dos únicas empresas americanas que comercializan este producto, Bell-Carter Foods y Musco Family Olive.
Según la organización, el problema que tiene EE.UU. con la aceituna de mesa es que no disponen de mano de obra suficiente para recogerla a mano, – como se debe recoger la aceituna de mesa. En este sentido, achaca este hecho a la limitación de la entrada a inmigrantes a EE.UU quienes, generalmente, se ocupaban de este tipo de trabajos y al sector les resultaba rentable así.
Ángel García Blanco defiende las subvenciones legales de la Unión Europea a través de la PAC a la aceituna de mesa española y niega que se comercialice a otros países a un precio inferior al coste de producción, como se queja Estados Unidos. “Quizá a largo plazo se solucione y se llegue a un acuerdo entre la Unión Europea y el Departamento de Comercio de EE.UU, pero el poner aranceles preventivos que pueden durar entre 5 y 10 años tiene el grave riesgo de acabar con el mercado de producción de aceituna española y en Extremadura, a las producciones del norte Cáceres (que sirven para las pizzas) y Tierra de Barros, la más afectadas de todas”.
La organización recuerda que hay 105 empresas entamadoras en Extremadura que se dedican a este sector y que este año, a pesar de la caída de producción por la mala climatología en Extremadura, aproximadamente estaba previsto que se exportasen a Estados Unidos unos 32 millones de kilogramos de aceituna de mesa. “A partir de hoy habrá que ir pensando en buscar otros mercados alternativos para colocar esta gran cantidad, y no será nada fácil”, lamenta Ángel García Blanco.