La Ternera de Aliste ha iniciado la comercialización con el sello de calidad de Indicación Geográfica Protegida para la carne de las ganaderías del oeste de la provincia de Zamora adscritas a esta figura de calidad.

Hasta el momento, desde 1999, la Ternera de Aliste era una marca de garantía pero desde el pasado viernes, tras ocho años de gestiones, se comercializan las canales con el sello de una IGP, según ha anunciado hoy en rueda de prensa el presidente de la nueva Indicación Geográfica Protegida, el ganadero Roberto Fuentes.

De esta forma, la Ternera de Aliste es la tercera IGP de carne de vacuno de Castilla y León tras la de Carne de Ávila y la de Carne de Morucha de Salamanca, mientras que en el conjunto de España es la undécima que cuenta con este marchamo de calidad.

Anualmente se sacrifican unas 1.500 canales y sacan al mercado más de seis millones de kilos de carne bajo esta marca

La iniciativa para convertir la marca de calidad en Indicación Geográfica Protegida se comenzó a vislumbrar hace nueve años aunque han sido los cinco últimos cuando se han dado todos los pasos burocráticos hasta lograr figurar en el registro de Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas de la Unión Europea.

La Ternera de Aliste cuenta con un total de 54 productores que anualmente sacrifican unas 1.500 canales y sacan al mercado más de seis millones de kilos de carne bajo esta marca.
El distintivo de la IGP se mostrará en las carnicerías autorizadas para la distribución de la Ternera de Aliste.

En un futuro se pretende extender también a los restaurantes que sirvan este producto con el fin de intentar evitar el fraude, ya que en las cartas de algunos establecimientos se anuncia la Ternera de Aliste sin que realmente corresponda a carne amparada por el marchamo de calidad.

La Ternera de Aliste, que se comercializa en establecimientos de las provincias de Zamora, Salamanca, Valladolid, Madrid y Alicante, es un producto con características únicas derivadas a la zona de producción y los métodos de cría tradicionales que se mantienen en el oeste de la provincia de Zamora.

Esos métodos están basados en gran medida en la cría del ternero a partir de la lactancia materna, lo que unido a su sacrificio a edad temprana da como resultado una carne con características propias y distintivas, que destaca por su color rosa y un sabor suave y jugoso conseguido gracias también a la grasa blanca y nacarada de consistencia firme, según la IGP.

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