La guerra abierta entre las bodegas y los viticultores por los cambios en los precios de la uva sigue muy abierta. APAG Extremadura Asaja ha insistido en que existe la posibilidad de modificar las condiciones establecidas en el contrato entre la bodega y el viticultor durante la vendimia, siempre y cuando se haga por mutuo acuerdo y con el fin de que el precio del vino repercuta en las liquidaciones de los agricultores, en respuesta a las acusaciones de la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex)
En un comunicado de prensa, la organización ha defendido que su «única pretensión» es que exista «armonía» entre bodega y agricultor y no «preocupación» e «incertidumbre» por parte del segundo, tal y como está comprobando desde hace meses.
Rechaza la postura de las bodegas de Asevex y cree que hay margen para negociar un nuevo precio
APAG Extremadura Asaja ha subrayado su defensa de los intereses de los agricultores y ganaderos, a cuyo lado «siempre ha estado», y, en este sentido, considera que la diferencia de precios entre la materia prima y el precio final del producto «se pueden equilibrar, siempre y cuando haya acuerdo entre ambas partes».
Además, ha exigido que en campañas sucesivas «los precios estén establecidos en la tablilla como se ha llevado a cabo tradicionalmente».
Ha recordado que, según la ley, «será obligatoria la existencia de un contrato formalizado por escrito en el caso de las operaciones de compra-venta a futuro con el precio diferido, excepto en aquellos casos en los que con carácter previo se pueda estimar que el precio del contrato será en todo caso inferior a 2.500 euros».
También se aconseja, como señala la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), dar a conocer al agricultor el precio antes de entregar la uva ya que «conviene advertir que hay que observar la Ley de Competencia, especialmente en relación al intercambio de información entre competidores».