Los regantes afrontan el año agrícola que ahora comienza con los embalses al 38,9%, conscientes de las restricciones que se avecinan y pendientes de las lluvias, situación que influirá en las decisiones de siembra y afectará, sobre todo, al maíz y al arroz, así como a algunos hortícolas.
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo, ha explicado que, en líneas generales, en todas las cuencas se sembrará «a expensas de lo que llueva» y obligará a plantear un cambio al agricultor que tendrá que dejar aquellos cultivos con mayores necesidades de agua.
Se prevé más cereales u oleaginosas como girasol o colza, con menos necesidades hídricas, pero menos rentables
Si este otoño/invierno sigue seco, en primavera -la campaña fuerte de riego comenzará a partir de febrero/marzo- no habrá agua suficiente para asegurar las producciones y se apostará por cultivos de secano en las zonas regables.
Se prevé la siembra de más cereales (trigo o cebada, por ejemplo) u oleaginosas como girasol o colza, con menos necesidades hídricas, pero también -ha advertido Del Campo- menos rentables, lo que influirá en una reducción de los ingresos brutos del agricultor que sigue teniendo que hacer frente a unos costes fijos.
Uno de los más sacrificados será el maíz, «precisa de muchos riegos», ya en esta campaña en la cuenca del Duero se han puesto de manifiesto los problemas al no poder suministrar todo el agua necesaria a este herbáceo y se ha notado en los rendimientos: 4.000 kilos por hectárea cuando lo normal son 14.000 kilos/ha.
Otro de los cultivos damnificados por la sequía, debido a la ingente cantidad de agua que necesita, será el arroz, que «no se podrá sembrar en algunas zonas».
Respecto a cultivos hortícolas o frutícolas, se corre el riesgo de dejar de abastecer mercados que serán copados por terceros países
Por otro lado, en el caso de los cultivos plurianuales la prioridad se centrará en salvar el árbol más que la producción, ha detallado Del Campo, quien ha apuntado que algunas hortícolas también se verán afectadas.
Ha advertido, respecto a cultivos hortícolas o frutícolas, que si la situación hídrica no mejora, sobre todo, para los cultivos tempranos, se corre el riesgo de dejar de abastecer mercados que serán copados por producciones de terceros países, y «no será fácil recuperarlos» cuando vuelva a haber agua suficiente para regar.
Ha comentado que en la zona del Levante se ha sembrado alcachofa «como si fuera un año normal» y «están a expensas de la lluvia», pero «se están arriesgando» y ha insistido en que si no cae agua este otoño/invierno corren el riesgo de tener solo media producción o incluso de perder la totalidad.
Este año de sequía, ha explicado Del Campo, ha evidenciado la necesidad de la modernización de los regadíos para distribuir el agua con más eficiencia y sin pérdidas.
Pero también ha remarcado «la importancia que tiene la regulación (embalses) en nuestro país», ya que, por ejemplo en la cuenca del Guadalquivir, a pesar de la sequía, hemos podido regar tres años con normalidad», para los regantes «no ha habido seguía hidrológica, sí pluviométrica».
Los embalses están al 38,9%, insuficiente para afrontar la próxima campaña de riego con normalidad
No obstante, a partir de ahora, ha lamentado que «dependemos totalmente del agua de la lluvia. Estamos a expensas de la lluvia».
Los embalses estaban esta semana al 38,9% de su capacidad (el año pasado estaban a más de la mitad, con el 51,4%), cantidad insuficiente para afrontar la próxima campaña de riego con normalidad.
Además, al término del pasado mes de agosto los suelos se encontraban secos en la mayor parte de España, especialmente en toda la mitad sur peninsular, en el interior de Castilla y León, en gran parte de Aragón y en las Islas Canarias, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).