La Denominación de Origen Sierra de Segura ha solicitado a la Junta de Andalucia autorización para realizar tratamientos aéreos contra la plaga de la mosca del olivo en toda la comarca segureña. Esta acción cuenta con la participación de todas las almazaras y cooperativas inscritas en la Denominación de Origen Sierra de Segura, así como otras industrias que no forman parte de la DO pero que colaboran estrechamente con la entidad en el control de esta plaga. Un total de 28 entidades y más de 9.000 agricultores que representa aproximadamente el 9 % del olivar de la Sierra de Segura.
Desde la DO, se es claro conocedor de la importancia del control de esta plaga para que la aceituna que recibe las almazaras se encuentre sana y así obtener aceite de oliva virgen extra certificado por este organismo. Y por ello, se apuesta, un año más, por seguir realizando este control, más en una campaña como esta, con unas bajas expectativas de cosecha y donde hay que extremar la vigilancia para seguir garantizando unas producciones de virgen extra y cubrir el envasado con este marchamo de calidad.
La mosca del olivo es la plaga más importante desde el punto de vista de la calidad, pues su ciclo de vida pasa por la puesta de huevos en la aceituna y desarrollo de larvas en su pulpa que genera “galerías”. Estas “galerías” provocan múltiples daños como es la pérdida de peso de la aceituna y/o la caída adelantada del fruto al suelo, así como procesos degradativos que provocan la aparición a su vez de defectos organolépticos en el aceite finalmente producido. Por ello, la necesidad de su control adecuado y la realización de tratamiento colectivos terrestres y aéreos por parcheo, no tratamientos individualizados pues estos no son efectivos, focalizados en aquellas zonas donde hay una concentración alta de plaga que pueda provocar daño económico.
Los niveles actuales de la mosca de olivo, dada las altas temperaturas acaecidas este verano y la baja humedad, se mantienen muy bajos y no ha sido necesaria la realización de ningún tratamiento. Con la bajada de temperatura que se espera a principios de septiembre, seguramente los niveles de la plaga aumentará y empezarán a “saltar” zonas de control donde será necesaria la realización de los tratamientos