La Bodega Delgado Zuleta fue pionera en el Marco de Jerez en la elaboración de un vino ecológico con Denominación de Origen, una manzanilla de Sanlúcar que salió al mercado hace ya algunos años con el sello que la acredita como tal. Ahora, la familia Medina (Williams & Humbert) se suma a esta corriente con el próximo lanzamiento del que será el primer vino de Jerez ecológico, amparado en este caso por la DO Jerez-Xérès-Sherry, un fino de añada con tres años de crianza para más señas y al que, más adelante, seguirá un oloroso.
Detrás de ambos proyectos, la manzanilla y los jereces ecológicos, subyace el empeño y la inquietud de un grupo de viticultores trebujeneros que se hacen llamar ‘Mostolé’ -adaptación de Beaujolais o vino nuevo francés-, precursores de la producción de uva ecológica en el Marco por el afán de «evolucionar, que no revolucionar», según recoge A. Espejo en diariodejerez.es.
Encabezados por José (Pepe) Cabral, ‘Mostolé’ se propuso a principios de esta década rescatar las viejas y sanas tradiciones de los pequeños productores de garaje que elaboraban mostos naturales para arropar y dar color a los vinos que se exportaban, pero también para consumo propio. Cabral y compañía decidieron un buen día adaptar su viñedo a la producción ecológica u orgánica para distinguirse de las prácticas convencionales, recuperar el respeto y el cuidado de la uva en la búsqueda de la máxima calidad frente a los tratamientos químicos y la mecanización, explica el impulsor de este movimiento. Se trataba, en definitiva, de buscar alternativas e innovar ante el declive y la falta de rentabilidad del viñedo tras largos años de profunda crisis del sector.
La idea sonaba bien desde el principio, pues coincidían el auge del interés por el jerez con el auge de los vinos ecológicos, por lo que no perdíamos nada por probar», espeta Paola Medina, de Williams & Humbert. Los Medina se han contagiado del entusiasmo de los productores trebujeneros con un proyecto que irá de menos a más, porque el oloroso, el segundo jerez ecológico de la gama que saldrá a la venta, requiere más tiempo de crianza que el fino.
El mercado español no está aún lo suficientemente maduro para este tipo de producciones, explica Rafael Medina, quien apunta a las grandes posibilidades que ofrecen, no obstante, los mercados del centro y el norte de Europa, caso de Alemania, Reino Unido o los países escandinavos, donde tiene mucho arraigo el consumo de productos ecológicos. De hecho, Paola Medina asegura que el proyecto de Williams & Humbert despierta gran interés entre los profesionales que han oído hablar ya de los jereces ecológicos en ciernes. En cualquier caso, las sacas serán limitadas y, de momento, los Medina se inclinan por mantener la crianza separada por añadas tanto del fino como del oloroso para, en función de su evolución, decidir si cambian a las soleras y criaderas en las que se mezclan los vinos de las distintas cosechas o juegan con ambos sistemas de crianza, estática y dinámica.
La enóloga de Williams & Humbert está convencida del éxito de estos vinos ecológicos, el fino que abrirá plaza al que seguirá el oloroso, y tras el que presumiblemente llegarán el amontillado, el palo cortado… Para determinar la tipología está la magia o el misterio del jerez, de un lado, y el tiempo de otro.