Francisco López es un ganadero de la parroquia de Piñeiro, en el municipio lucense de Xermade, que ha perdido un total de 65 vacas de leche de su explotación, dedicada a la producción láctea, en los últimos tres meses, por causas que todavía no están claras del todo, como él mismo reconoce, aunque inicialmente se culpó a la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE).

“No sé todavía de qué han muerto”, reconoció en declaraciones a Efeagro. Lo sí sabe es que perdió en pocas semanas 65 vacas de leche de las 196 reses que tenía registradas en la hoja de saneamiento, lo cual, además de las consecuencias económicas por la pérdida de los propios animales, supuso una notable bajada en la producción de la granja. “Dejé de producir unos 1.000 litros de leche al día”, precisó.

La primera vaca murió el pasado 23 de octubre y, posteriormente, fueron cayendo todas las demás. Murieron en la explotación alrededor de 40 vacas de leche y unas 25 novillas destinadas a la recría en la propia granja.

Inicialmente, se culpó de esa elevada mortalidad a la incidencia en la explotación de la Enfermedad Hemorrágica Epizóotica (EHE), pero el propio ganadero reconoció que él mismo, a día de hoy, no sabe a ciencia cierta si esa fue la causa de la muerte de todas esas reses.

Se tomaron muestras para su posterior análisis en “35 reses, pero solo cinco dieron positivo y ninguna de ellas se murió”, explicó Francisco. “Hay todavía analíticas pendientes, pero aún no se de qué se han muerto”, lamentó.

Ante esta situación, no sabe tampoco si podrá cobrar las ayudas comprometidas por la Administración para las explotaciones afectadas por esta enfermedad. Su único consuelo, si es que tiene alguno, es que, en este momento, la situación está relativamente “tranquila” en la granja, sin que se hayan producido nuevas muertes en los últimas semanas.

(Fotos: Archivo)

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