Desde la asociación Ganaderos del Reino han advertido de la difícil situación sanitaria por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en Extremadura y similar en Andalucía, al detectarse casos en los que del 1 al 5% fallecen y del 10 al 15% hay animales con síntomas en las explotaciones.

Desde el pasado julio nos viene afectando seriamente en bastantes explotaciones de vacuno de carne de nuestra región la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), después de haber ocasionado problemas sanitarios similares en Andalucía. Evidentemente la enfermedad va ascendiendo de sur a norte, ya que hoy día, la mitad sur de España está calificada como zona de restricción.

Según las autoridades sanitarias, nacionales y autonómicas, «no es alarmante la situación. Pero la triste realidad es que se registran animales enfermos casi todos los días y en numerosas explotaciones, que si no se tratan inmediatamente entran en fase crítica con resultado de muerte. Muertes que al parecer, y según los datos oficiales son mínimas, pero que, según muestreo realizado con ganaderos de nuestra Asociación con rebaños afectados, alcanza cifras entre el 1 y 5 % en cuanto a muertes, y del 10 al 15% de animales con síntomas más o menos avanzados de la enfermedad en las explotaciones afectadas»

SIN UN PROTOCOLO DE ACTUACIÓN, LOS GANADEROS COMUNICAN LA BAJA DEL ANIMAL DE LA FORMA INFORMÁTICA HABITUAL, SIN DETALLES SOBRE LA CAUSA DE LA MUERTE

Por eso, desde la Asociación, la pregunta que se hacen es «¿cómo averigua la Administración los focos y los datos reales? y ¿qué se considera foco?»

La falta de conocimiento de un protocolo claro de actuación en el caso específico de muerte por esta enfermedad, hace que los ganaderos comuniquen la baja del animal afectado, de la forma informática habitual, sin mayores detalles sobre la causa de la muerte. «Ello hace difícil que pueda aplicarse una estadística sanitaria real sobre las bajas por EHE. Las manifestaciones oficiales de la administración autonómica de tan solo “15 focos, uno por cada OVZ” nos parecen muy alejadas de la realidad».

Pero además, el problema importante para el ganadero no reside tan solo en las bajas del ganado, sino en el continuo movimiento con los rebaños o piaras de la explotación, para ser tratados en mangadas o cepos. «Estamos asistiendo a un manejo intensivo, casi diario, muy exigente, tanto para detectar los animales enfermos, como para aislarlos y curarlos si es posible».

Así, el coste económico añadido, tanto de medicación como de mano de obra eventual extra, resulta un capítulo negativo más en este año de sequía y dificultades varias.

En definitiva, para la asociación se trata de «un año ganadero para olvidar, en el que todavía estamos esperando las ayudas estatales al vacuno por la sequía, y, además, excluyendo la administración autonómica a numerosos ganaderos no ATP o prioritarios de las ayudas crediticias establecidas por la Junta de Extremadura a causa de la sequía».

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