La Asociación 19 de Abril se ha sumado al miedo y la alarma del sector ante los daños que la enfermedad hemorrágica epizoótica está causando con virulencia al ganado vacuno, con multitud de vacas muertas, «y que deja en entre dicho la escasa información que tanto desde el Ministerio como desde la Junta de Castilla y León se nos ha facilitado.»

Según ambas administraciones, la enfermedad afectaría de forma moderada al ganado vacuno, con clínica limitante durante un par de semanas y solo afectaría gravemente a animales silvestres, sin embargo desde la Asociación advierten de que «en Salamanca son cada vez más las explotaciones que detectan animales sospechosos. Animales que se quedan asilados, que presentan fiebre, anorexia, disfagia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria, etc. De momento, no se conocen demasiados casos de mortalidad, pero
sí hay algunos, y se empiezan a conocer abortos y problemas de debilidad prolongada que dificultaría la recuperación pudiendo causar pérdidas productivas a corto-medio plazo».

Asimismo recuerdan que para esta enfermedad no existe vacuna autorizada en la Unión Europea y aunque no hay ningún tipo de restricción con relación al movimiento o consumo de productos animales (carne, leche, piel,
etc.), «sí en el caso de movimiento de animales vivos, la enfermedad está afectando con mucha mayor
virulencia al ganado vacuno de lo que nos están contando».

Por eso, insisten en que «existe miedo y alarma en el sector porque afronta la enfermedad con desconocimiento e incertidumbre. El sector lleva un año horrible, la  tuberculosis bovina no deja de avanzar en la provincia con 7
comarcas que superan el 3% de prevalencia y 4 Unidades incluidas en zona de especial incidencia, estamos vacunando de lengua azul, la sequía ha sido generalizada en todo el país pero no así las ayudas (Castilla y León percibirá el 50% de la ayuda al ganado), las cosechas han sido malas y, por si fuera poco, ahora nos encontramos con una enfermedad nueva cuyas consecuencias desconocemos. Hay que empezar a hablar de indemnizaciones».

Por eso recuerdan que «es el ganadero el que debe hacer frente a todos los gastos extras que esta nueva enfermedad genere (tratamientos, desinsectaciones, ….), el que asumirá las pérdidas por el tiempo que la enfermedad autolimite al ganado y el que soportará las posibles secuelas de la misma, así como las bajas que se produzcan por abortos y muertes en la explotación. Es muy importante que se comuniquen las sospechas de posibles casos, única forma de conocer el alcance real de la enfermedad y exigir medidas de actuación. Tanto el Ministerio como la Junta de Castilla y León deben tomar cartas en el asunto de verdad y actuar de manera inmediata acorde a la gravedad de la enfermedad».

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