La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ve desproporcionado exigir una evaluación de impacto ambiental para las obras de modernización de un regadío y no para las de demolición de presas.

Así se ha expresado este viernes Fenacore tras la reciente modificación de los anexos de la ley de evaluación ambiental, que no requiere la declaración de impacto a las obras de demolición de presas con una capacidad menor a los diez hectómetros cúbicos.

Los regantes han considerado en un comunicado que esas obras también deberían someterse al trámite de evaluación ambiental y de información pública por la magnitud de la actuación y por los impactos que genera, como la generación de escombros, el movimiento de camiones, el ruido, el polvo y la modificación de la hidrología del cauce.

Fenacore ha pedido al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) «muchísima prudencia» al valorar la necesidad de derribar infraestructuras que pueden ser aprovechadas y que ya cuentan con un ecosistema propio.

VEN «GROTESCA» LA EQUIPARACIÓN DE LOS PROYECTOS DE TRANSFORMACIÓN DE REGADÍO CON LOS DE CONSOLIDACIÓN, MEJORA Y MODERNIZACIÓN DE REGADÍOS

Asimismo, el presidente de la federación, Juan Valero de Palma, ha abogado por modificar los anexos para que las obras de modernización no deban someterse a ese tipo de evaluaciones, salvo cuando se realicen en zonas especialmente sensibles.

Ha calificado de «grotesca» la equiparación de los proyectos de transformación de regadío con los de consolidación, mejora y modernización de regadíos que se hace en estos anexos de la ley.

En su opinión, «no tiene ningún sentido» hacer la misma evaluación para actuaciones que cambian el uso del suelo como la transformación de secano en regadío que para las actuaciones de mejora, consolidación y modernización, ya que esto último no supone conversión de la tierra considerada de secano en tierra apta para el regadío.

Con los cambios introducidos, será obligatorio solicitar una declaración de impacto ambiental ordinaria para modernizaciones de más de cien hectáreas, que en la práctica son casi todas ellas.

Si estas obras se llevan a cabo en extensiones entre las diez y las cien hectáreas, deberá solicitarse una declaración simplificada y, si se encuentran en una zona protegida, la declaración pasará a ser ordinaria.

Después de que el reelegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya marcado la modernización de obras hidráulicas como un reto para su próxima legislatura, Fenacore ha recordado que con esas obras se pueden producir más alimentos usando menos agua y energía, lo que beneficia al conjunto de la sociedad.

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