El conflicto de los estibadores que se está viviendo en el Puerto de Tarragona desde principios de 2022, a raíz de la liberalización de la estiba portuaria ya ha perjudicado a un sector agroalimentario muy afectado este último año por la guerra en Ucrania, la crisis de precios y la meteorología adversa. Todo ello ha provocado mucha tensión en un posible desabastecimiento de piensos para los animales, principalmente de las zonas de Cataluña y Aragón y que se vuelva a incrementar el precio de los piensos.

Desde ASFAC (Asociación Catalana de Fabricantes de Alimentos Compuestos), CESFAC (Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales), Accoe (Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España), La Llotja de Cereales de Barcelona y AECEC (Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales y Productos Análogos) reivindican la necesidad de una solución a corto plazo al conflicto de los estibadores en Tarragona.

Para las empresas esta situación no sólo ha comportado importantes sobrecostes a los importadores, ya que la demora en las descargas de los barcos que transportan cereales y oleaginosas ha provocado que las empresas tuvieran que pagar una cantidad adicional a los armadores por los días extra anclados en las entradas del Puerto, sino incluso, algunos barcos han optado por desviarse a otros puertos cercanos donde poder descargar.

Así, desde mediados de 2022, los integrantes de la cadena agroalimentaria han llevado a cabo diferentes reuniones con los principales agentes implicados con el objetivo de que la situación de los estibadores no llegue ni afecte al bienestar de los animales ni de los consumidores. Especialmente, ante las previsiones de este 2023 en cuanto a la cosecha española de cereales que apuntan a una reducción del 50%, por lo que las necesidades de importación se incrementarán.

IMPLICACIONES DEL CONFLICTO EN EL PUERTO DE TARRAGONA

Sin embargo, la directora de ASFAC, M. Carme Soler, lamenta que “el conflicto no esté resuelto y que no haya habido ninguna acción contundente”. En concreto, la asociación critica la falta de personal y las preferencias de asignación de personal portuario que han dejado los productos agroalimentarios como última prioridad de la estiba. Este “convenio interno” supone que otros productos (coches, papel, siderúrgico…) pasen por delante a la hora de descargar.

Actualmente, no existe ningún acuerdo entre las empresas estibadoras y los trabajadores portuarios que permita resolver el conflicto laboral. Al mismo tiempo, lamentan que las 130 personas que trabajan son insuficientes para cubrir las necesidades del Puerto de Tarragona, uno de los más importantes del Mediterráneo por el ámbito agroalimentario internacional. Es más, si a finales de 2022, los trabajadores ya habían alcanzado sus horas laborales anuales, este año coincidirá la llegada masiva de barcos con el período vacacional de verano de gran parte del personal.

Añadido a esto, también manifiestan su preocupación por la situación de los servicios de inspección en el puerto de Tarragona, dependientes de los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Sanidad donde el horario y los despachos de barcos no van acorde que la nueva realidad del Puerto.

Por otra parte, la decisión de algunas importadoras de cereales de cambiar el destino de sus barcos por las demoras significa una disminución competitiva del Puerto de Tarragona, así como mayores costes para los fabricantes de piensos y toda la cadena posterior. Además, algunos importadores se han visto en la obligación de trasladar los costes de las demoras a los precios finales de compra. Por tanto, toda la materia prima que llega al Puerto de Tarragona lleva añadida el “peaje” del conflicto laboral.

×