Investigadores, analistas y científicos destacan los altos estándares normativos y legislativos del sector lácteo europeo, en vanguardia mundial, en beneficio de los consumidores y del medio ambiente. Algunos de estos valores son divulgados por la campaña “Cuenta con los productos lácteos europeos” impulsada por la Organización Interprofesional Láctea (InLac) con apoyo de la UE, que cuenta con un grupo de expertos de máximo nivel, el Comité de Sostenibilidad Láctea, para garantizar que priman los mensajes objetivos en un contexto en el que proliferan bulos y fake news.

Fernando Estellés, doctor ingeniero agrónomo y uno de los miembros de este Comité de Sostenibilidad Láctea, ha recordado que todas las actividades humanas tienen impacto ambiental. El estudio sobre los gases de efecto invernadero en el sector lácteo elaborado por Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) detalla que la producción de leche contribuye con apenas un 3% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero existen al mismo tiempo otros parámetros y beneficios ligados a la actividad.

“Cuando se habla de ganadería y del sector lácteo europeo, estamos dando de comer a la población, y es algo que también tenemos que tener en cuenta”, indica Estellés. Alimentar a la población europea y mundial tiene impactos sobre los recursos del planeta, pero la ganadería permite garantizar cierta soberanía alimentaria en la UE, detalla.

“SI NO ESTUVIERA LA GANADERÍA, VERÍAMOS ENORMES ZONAS GEOGRÁFICAS Y PUEBLOS VACÍOS”

“Siempre me gusta destacar que las vacas, ovejas o cabras son maravillas de la evolución. Son máquinas de reciclar productos que nosotros no nos podemos comer, cuando están en pastoreo, y con eso producen un alimento de altísima calidad como es la leche, que nutricionalmente es una pasada, y que luego se puede transformar también en queso, yogur y otros derivados”, agrega.

“Es más, cuando las cargas ganaderas son apropiadas sobre estos prados y praderas, la conservación del ecosistema es perfecta, con gran potencial, incluso, para desarrollar la biodiversidad”, matiza el ingeniero agrónomo.

Por su parte, David R. Yáñez, doctor en veterinaria, investigador científico del CSIC y también miembro de este Comité, recuerda el papel de la ganadería y la industria láctea para fijar la población al territorio y cuidar los paisajes para el disfrute de toda la sociedad. Porque, “si no estuviera la ganadería, veríamos enormes zonas geográficas y pueblos vacíos”, sostiene.

En este punto, valora cómo el sector lácteo en el Valle de los Pedroches (Córdoba), por ejemplo, ha permitido crear actividad económica, riqueza y desarrollo local. Esta zona se ha librado de la despoblación e incluso se ha beneficiado -añade- de la creación de centros de innovación que aportan nuevas salidas profesionales a los más jóvenes, quienes no se ven obligados a salir de su territorio.

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