Castilla-La Mancha instalará un centenar de cajeros automáticos para contribuir al desarrollo rural y facilitar así a los habitantes de zonas despobladas a que tengan acceso a este servicio sin necesidad de desplazarse a municipios mayores.

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, y el presidente de la Red Castellano-Manchega de Desarrollo Rural (RECAMDER), Jesús Ortega, han suscrito un convenio para instalar un centenar de cajeros automáticos en pequeños municipios de Castilla-La Mancha que carecen de sucursales de entidades bancarias. Se trata de una iniciativa que pretende contribuir con medidas reales y de forma efectiva al Desarrollo Rural de las zonas más despobladas.

Según ha explicado Martínez Arroyo, el objetivo es “que todos los habitantes de esos pueblos pequeños puedan acceder a este servicio sin necesidad de desplazarse a municipios mayores”, una decisión que se toma “de acuerdo con los preceptos de la Ley contra la Despoblación y el Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha”. De hecho, es una de las medidas que se incluye como prioritarias en esa ley.

Para hacerlo realidad, el Gobierno regional ha contado con la colaboración de RECAMDER. Serán los 29 grupos de Acción Local de Castilla-La Mancha los que se encarguen de “incluir esta línea de actuación en sus convocatorias de ayuda, para que puedan presentarse entidades que hagan frente a este servicio”, detallaba el consejero. Actualmente, 449 municipios de Castilla-La Mancha carecen de sucursal bancaria, la mitad de ellos en la provincia de Guadalajara.

El coste de la instalación y mantenimiento de los cajeros automáticos ascenderá a 3,5 millones de euros, cifra que sufragará RECAMDER a través de la ayuda que recibe de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural; y ayuntamientos y diputaciones provinciales contribuirán también a la instalación.

Dichos cajeros ofrecerán una atención integral a la ciudadanía, que incluye la disposición de dinero en efectivo, la consulta de saldos, la consulta de últimos movimientos, el cambio de idioma o de pin, la recarga de tarjetas bancarias prepago y de teléfonos móviles, así como operaciones contactless, sin introducir tarjeta a través de lector con contacto. El precio máximo para el usuario por realizar una operación será de 1,35 euros.

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