“Los agricultores necesitamos la biodiversidad, la protegemos y la fomentamos. Tenemos programas desde hace años para potenciar la biodiversidad en España. Hemos cambiado nuestras prácticas. Desde la aprobación de la Directiva de Uso Sostenible de productos fitosanitarios ha habido un antes y un después en términos de control y reducción de aplicaciones, inspecciones, envases y protección de agua. Se está trabajando en márgenes multifuncionales, variación de cultivos, incrementando leguminosas, y practicando la agricultura de conservación”, ha explicado Juan Ignacio Senovilla, vicepresidente de la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), que ha organizado el webinar #ALASBiodiversidad, patrocinado por Bayer.

En el evento se ha subrayado el esfuerzo de los productores para aumentar la biodiversidad, pero se podría mejorar más si el sector, las organizaciones medioambientalistas, la cadena agroalimentaria y los consumidores trabajaran en conjunto. Sus representantes en el webinar han coincidido en esta conclusión tras exponer las medidas en favor del impulso de la fauna y flora salvajes.

BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

La agricultura de conservación es viable para la disminución de las emisiones de gases de invernadero y el aumento de la materia orgánica de los suelos agrícolas, pero también son espacios de biodiversidad. “En la siembra directa, las técnicas que se utilizan son distintas a las empleadas en la agricultura convencional, incluyendo una reducción de uso de productos fitosanitarios por ejemplo y las cubiertas vegetales que, antes se creía eran fuente de problemas como las malas hierbas, ahora bien gestionadas, con herbicidas o control mecánico, se pueden manejar perfectamente. Solo es necesario un cambio de mentalidad en el agricultor para adoptarlas”, ha señalado el agricultor Miguel Barnuevo.

Otros agricultores ponen en marcha iniciativas de mejora ambiental que contribuyen a fomentar la biodiversidad. Es el caso de Francisco Mora, que aplicando buenas prácticas como sondas de riego, eliminación sostenible de residuos de productos fitosanitarios, laboratorio de análisis de agua, desinfección por solarización, el uso de la ganadería extensiva, hoteles de insectos o la utilización de fauna auxiliar beneficiosa, etc. “Estas medidas se acompañan de indicadores para ver su efectividad como el nivel de ocupación de los nidos, la medición del número de insectos y de polinizadores naturales, el aumento de depredadores mejorando la lucha contra plagas y reduciendo el uso de productos fitosanitarios. Además, existen otros resultados como la rehabilitación del paisaje que contribuye a reducir la acción de especies invasoras”, ha informado Mora.

Este programa de acciones beneficiosas son parte de planes de conservación de la biodiversidad, asesorados por el programa Baydiversity, que ha presentado Richard Borreani, director de Sostenibilidad de Bayer Crop Science Iberia. “El plan de acción se inicia con una evaluación inicial sobre el nivel de biodiversidad o un inventario de fauna y flora de la finca agrícola, para pasar a otro plan de acción con recomendación para aumentar y preservar la biodiversidad, mediante prácticas comunes como las bandas florales que sirven de alimento y refugio para diferentes especies, entre otras los polinizadores, cubiertas vegetales que conservan el agua y la materia orgánica en el suelo, cajas nido, hoteles de insectos o islas en balsas de riego o charcas para anfibios”, ha detallado. Este es un concepto desarrollado en España y Portugal desde hace unos años, con más de 70 planes de acción ya implementados, que ofrecen muchas ventajas en términos económicos para el agricultor.

TÁNDEM ENTRE CONSERVACIONISTAS Y AGRICULTORES

Medioambientalistas que llevan años trabajando en la protección de la biodiversidad, tanto Felipe Fuentelsaz, coordinador de Agricultura de WWF, como Fernando Garcés, secretario general de GREFA, han mostrado en el webinar su voluntad de seguir colaborando con los agricultores, conscientes del papel fundamental de estos en la conservación de la fauna y flora salvajes.

“Trabajamos con un enfoque holístico con los distintos recursos que utiliza la agricultura (agua, suelo, etc.), realizamos un análisis inicial de los elementos naturales presentes y a partir de ahí elaboran un plan de acción con una serie de medidas básicas como la eliminación de residuos, reducción y sustitución de uso de productos fitosanitarios, control biológico, el establecimiento de corredores ecológicos o la naturalización de las balsas, y en general, la formación de agricultores y técnicos”, ha afirmado Fuentelsaz.

Por su parte, el representante de GREFA, ha subrayado su labor en restablecer la relación de equilibrio predador-presa en los cultivos de secano castellanos y garantizar la nidificación. “En la actualidad realizamos proyectos de gestión integrada del topillo, mediante acciones combinadas de manera preventiva cuando el número es controlable, además de actuaciones en cítricos, olivares, viñedos, etc. “Los centros de interpretación, la formación y la difusión de las buenas prácticas para mejorar la biodiversidad son ejes clave de colaboración con los agricultores”, según Garcés.

DIÁLOGOS ENTRE LA CADENA AGROALIMENTARIA Y CONSUMIDORES

Los consumidores hemos tenido poca información del sector primario, solo del producto. Por eso es importante conocer de primera mano las buenas prácticas y el trabajo de sostenibilidad que los agricultores y ganaderos están realizando”, ha destacado Fernando Móner, presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). Para lograr el éxito de la divulgación de estas iniciativas respetuosas con la fauna y flora salvajes, además de favorecer la sostenibilidad, la cadena agroalimentaria debería colaborar conjuntamente en comunicación de tal forma que la imagen de los productores, muy respaldada por la respuesta que ha dado a la sociedad durante la pandemia, siga reforzada con la confianza de los consumidores.

“La dehesa es el ecosistema con mayor biodiversidad de Europa, por eso la gestión de los ganaderos es fundamental es conservarla y mantenerla”, ha declarado Emilio de León, director de Desarrollo de Negocio y Compras de COVAP, que ha enumerado sus compromisos de desarrollo sostenible con la distribución y la comercialización de los productos, como son la reducción de plásticos, disminuyendo huella de carbono, su apuesta por la eficiencia energética e hídrica, el vertido cero, la rotación de cultivos, la cría de razas autóctonas y la certificación de bienestar animal.

En la línea de trabajo que integra a productores, industria y distribución agroalimentaria, Jordi Morales, gerente de Compras y Relaciones Institucionales de Lidl, se ha referido a los proyectos de Leche de pastoreo y Olivar tradicional, que aunque tienen vocación comercial, apuntan hacia su responsabilidad en términos de sostenibilidad del entorno natural para sensibilizar al consumidor e implicarle en el cuidado de la biodiversidad.

En la clausura del webinar, la directora de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Elena Pita, ha indicado que las “prácticas agrícolas y forestales sostenibles tienen un impacto muy positivo en la protección y promoción de la biodiversidad, como las que se han presentado durante el evento”.

Por su parte, el presidente de ALAS, Pedro Gallardo, ha concluido con que la idea de que “los agricultores y ganaderos tenemos nuevos retos y exigencias, como el Pacto Verde Europeo. Nos hemos adaptado siempre a los cambios, pero pedimos a las Administraciones que sigan apostando por un modelo sostenible de producción de alimentos, y si aumentan los condicionantes, también deben hacerlo las compensaciones. Todas las nuevas exigencias deben venir acompañadas de estudios de impacto y en este caso, las propuestas europeas no lo tienen y los reclamamos”.

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