La pirenaica es una raza vacuna autóctona que presenta una adaptación a su entorno, rusticidad y aptitudes funcionales que le hacen "ser superior a cualquier raza extranjera en su sistema de producción", ha destacado la institución foral.
La raza pirenaica experimentó un retroceso y estuvo a punto de desaparecer a mediados del pasado siglo como consecuencia de la introducción de razas foráneas mejoradas para la producción de leche y carne, pero la Diputación de Bizkaia puso en marcha un plan de recuperación en los años 80.
Se fueron introduciendo sementales paulatinamente en los montes comunales y a partir de 2001 empezaron a cederse fuera de Bizkaia, al resto de territorios vecinos y también a la finca experimental del Gobierno de Aragón.
Según los cálculos, cada uno de los sementales dejados en los montes comunales cubre una veintena de vacas.
El impacto productivo de dichas cesiones se cifra sobre una población estimada de 1.700 vacas, en su mayor parte de la raza o vacas en proceso de absorción, en mayor o menor medida, a la variedad pirenaica.
Los ganaderos asociados que trabajan en pureza en Euskadi son 270 (110 en Bizkaia, 105 en Gipuzkoa y 55 en Araba), con un número de hembras mayores de dos años similar en los tres territorios y que ronda las 6.000 vacas.
"La mejora genética debe entenderse como el método objetivo, matemático, de elección de los futuros reproductores, en sustitución de la elección a "vista", absolutamente subjetiva y discutible", ha explicado la diputada vizcaína de Agricultura.