La Unión de Extremadura ha denunciado la competencia desleal de las industrias de biomasa y ha exigido a las mismas que sustituyan la paja por restos leñosos «mientras dure la sequía», destacando que las instalaciones de Acciona en Miajadas consumen al año 77.000 toneladas de paja, «la ración de volumen de 51.300 vacas durante 100 días».
La organización agraria ha explicado que la falta de lluvias en Extremadura desde abril ha propiciado escasez de pastos y una menor producción de paja de cereales.
En este sentido, la ganadería extremeña se está alimentando «exclusivamente con piensos y pajas aportadas por los ganaderos», ya que las superficies de pastos están «absolutamente peladas tras varios meses sin llover», añadiendo a estos gastos el agua que «escasea en la totalidad de las explotaciones extremeñas».
Y la situación se agrava notablemente con la actividad de las empresas de biomasa en la región, sobre todo en el caso de la paja porque»acaparan la poca que necesitan para el ganado».
«al ritmo que se quema paja para producir energía, desaparecerá el alimento para la cabaña ganadera regional».
Este producto ha subido de precio, entre octubre y diciembre, en un 30%, y ha pasado de 69 euros por tonelada, que se pagaban en octubre, a 90.
Este acaparamiento de paja por parte de las industrias de biomasa supone, a juicio de La Unón de Extremadura, «una competencia desleal» con el sector ganadero, ya que este no puede repercutir el incremento de costes «como sí pueden hacer las industrias energéticas».
Ante esta situación, la organización ha solicitado una reunión con los responsables de las industrias de biomasa de Extremadura para que, durante el periodo que dure esta sequía, «modifiquen la materia prima que usa para la obtención de energía y utilicen materiales leñosos en vez de paja».
Por último, ha exigido a la Junta de Extremadura que medie en este problema porque, «al ritmo que se quema paja para producir energía, desaparecerá el alimento para la cabaña ganadera regional».