La ayuda específica a la fruta seca y la algarroba que reivindica la FCAC tiene como objetivo garantizar la viabilidad de un sector que es estratégico en materia ambiental y de mantenimiento del territorio, dado que muchas hectáreas de frutos secos se encuentran en zonas donde no hay otras alternativas de cultivo.
Por este motivo, el Ministerio y la Consellería de Agricultura contrajeron el compromiso de apoyar al sector con una ayuda máxima de unos 120 euros por hectárea cofinanciado al 50% entre las dos administraciones.
Sin embargo, Roger Palau es crítico con el Ministerio de Agricultura porque "ha anunciado, para la convocatoria 2013, un presupuesto de 7,2 millones, lo que significa un recorte de cerca del 60% con relación al año 2009, cuando ascendía a 17 millones. Además, los productores de frutos secos catalanes todavía no hemos recibido el pago correspondiente a 2012".
Por otra parte, Palau explica que "la situación se agrava porque la Consellería de Agricultura todavía debe un 55% de la ayuda de 2012 y nos consta que tiene retenidos los importes que ha hecho efectivos el Gobierno y corresponden a nuestro sector. De cara al 2013 la convocatoria de ayudas no contempla partida presupuestaria".
En Cataluña, la producción de frutos secos se concreta en almendra, avellana, algarroba, nueces y pistachos y se concentra principalmente en las comarcas tarraconenses (37.000 hectáreas) y leridanas (unas 17.000 hectáreas).
El abandono de la producción sería perjudicial para el conjunto del país puesto que, como apunta Roger Palau, "podría comportar la aparición de mucha superficie descuidada y boscosa, con el consiguiente peligro de incendios. No hemos de olvidar que los labradores somos los primeros que cuidamos de las fincas".
"A nivel de consumidores, además, perderíamos la riqueza de las variedades autóctonas que nos aporta este producto de proximidad, y la capacitado de autoabastecimiento", añade.