Lola Merino Chacón / Presidenta Nacional de AMFAR Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural

IGUALDAD LOLA MERINO AMFARLa igualdad de género podría retrasarse 170 años según el informe publicado recientemente por el Foro Económico Mundial que analiza la educación, la salud, las oportunidades económicas y el empoderamiento político de las mujeres.

Profundizando en algunos de los titulares que se desprenden de este documento comprobamos que el número de mujeres en puestos de responsabilidad sigue siendo muy bajo y que ganan poco más de la mitad que los hombres a pesar de trabajar más horas.

Hace unos días, otro estudio elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada ratificaba estos datos y añadía otros no menos preocupantes como que el 70% de las horas dedicadas al trabajo doméstico las realizan las mujeres o que ‘ellas’ tan sólo ocupan un 10% de las posiciones de liderazgo en empresas privadas y un 17% en consejos de administración.

La brecha de desigualdad es aún más significativa en el entorno rural español. En la actualidad hay seis millones de mujeres que viven en pequeños municipios, mujeres de unos 50 años, esposas y madres, con dos o tres hijos, que dedican a las tareas domésticas una media de 8 horas diarias.

Sólo el 30% se declara ama de casa exclusivamente y el resto, confirma que comparte estas labores con otra actividad laboral a la que suele dedicar unas 5 horas diarias más.

El sector servicios es el que más mujeres ocupa en un 78% del total de ocupadas mientras que sólo el 2% trabaja en el sector agroalimentario.

Las mujeres rurales cobran entre 400 y 1.000 euros mientras que los hombres tienen un sueldo entre los 1.000 y 1.400 euros. Apenas un 4% del colectivo femenino tiene presencia en los órganos directivos del mundo rural pese a que una cuarta parte de los socios de cooperativas son mujeres.

Los cambios estructurales del modo de vida agrícola ha condicionado la permanencia de las mujeres en el medio rural provocando su éxodo hacia zonas urbanas, donde encuentran mayores y mejores oportunidades laborales, lo que ha acelerado que el proceso de masculinización en el campo sea aún mayor.

La potencialidad de las mujeres como agente activo en el ámbito rural es inmensa y requiere de una atención específica acorde a sus diferentes expectativas. Prueba de ello es que el 54% de las personas que emprenden en los pueblos son mujeres, más de 370.000 emprendedoras que han decidido abrir su negocio y crear empleo en nuestros municipios, sin olvidar que hay un 27% de mujeres titulares de explotaciones.

En AMFAR hemos conseguido logros importantes, como la aprobación de la Titularidad Compartida en las Explotaciones Agrarias que reconoce la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. Debemos seguir caminando en esa dirección para conseguir acortar esos más de 170 años que los diferentes estudios evidencian que tardaremos en conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres.

Desde AMFAR reclamamos una política de desarrollo rural sostenible e integrada que tenga en cuenta explícitamente a la mujer, su necesidad de formación y su capacidad de emprendimiento. De igual modo, consideramos necesario el compromiso y la implicación de las instituciones públicas, el tejido empresarial, el colectivo masculino y la sociedad en su conjunto, para avanzar con paso firme en la igualdad de oportunidades y en la plena integración de la mujer en todas las esferas socioeconómicas.

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