La miel tradicional de las Islas procede de una raza autóctona de abejas, bien adaptada a las particularidades del clima y floración locales pero menos productiva, la cual corre el riesgo de desaparecer en beneficio de otras razas que garantizan más rentabilidad al apicultor. Por ello, el objetivo de estos fondos es fomentar la miel de calidad producida por la abeja negra, con el de fin promover el mantenimiento de un censo estable de colmenas y evitar su desaparición en beneficio de razas más productivas, al tiempo que se fomenta la organización del sector.

   Las mieles producidas en Canarias tienen como principal sello de identidad, la aportación de la flora endémica del Archipiélago, lo que da lugar a unas variedades con singulares características organolépticas. Es el caso de la miel de Retama del Teide, una variedad especialmente apreciada que se produce a partir del néctar de la especie endémica que está presente en el área del Parque Nacional de Las Cañadas de El Teide.

   Para proteger y conservar la actividad apicultora y sus productos, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) ha tramitado, a petición de los productores, la Denominación de Origen Protegida “Miel de Tenerife”, para la que ya existe la protección nacional transitoria, a la espera de que la Unión Europea tramite la solicitud para la concesión de la protección europea definitiva.

   En la pasada campaña de 2011, se beneficiaron de esta ayuda- dotada con 533. 373,90 euros- un total de 969 apicultores.

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