La pasada madrugada del martes 5 se caracterizó, al igual que la anterior, por un severo descenso de las temperaturas en muchos municipios valencianos y esa segunda noche consecutiva de heladas ha terminado por agravar los daños en el caqui, hasta el punto de que las pérdidas derivadas por la referida incidencia climática se situarán en torno a los 10 millones de euros, según las primeras estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

Esta organización agraria ya adelantó a través de un comunicado que  la caída de los termómetros durante la madrugada del pasado lunes había acarreado daños de cierta consideración en los caquis de las zonas productoras de la comarca de La Ribera, un deterioro inicial valorado en ese primer momento en torno a 5 millones de euros y que ahora se habrían situado ya en unos 10 millones, tal como se ha apuntado. En algunas explotaciones el grado de afección es del 100% de la cosecha, mientras que en otras zonas el nivel de los desperfectos en el caqui en muy variable.

Comienza a despertarse cierta inquietud entre los citricultores, que temen que sus cosechas puedan haberse visto afectas

No obstante, la mayor parte de la producción de caqui se encuentra protegida por el seguro, de tal manera que la inmensa mayoría de los agricultores cuyas parcelas puedan haber sufrido los efectos del descenso térmico cobrarán el seguro. Las consecuencias del frío en el caqui, y al contrario de lo que suele suceder en otros productos como los cítricos, son muy evidentes a simple vista, por lo que los frutos dañados no tendrán cabida en el circuito comercial y se soslayará así el riesgo de que puedan incidir negativamente en las cotizaciones de aquella parte de la cosecha que no haya sufrido la incidencia de las heladas y que vaya a comercializarse en fresco.

AVA-ASAJA apunta también en relación a la ola de frío que son muchos los términos municipales valencianos donde las temperaturas se han mantenido por debajo de los cero grados durante varias horas, una circunstancia que también ha comenzado a despertar cierta inquietud entre los citricultores, que temen que sus cosechas puedan haberse visto afectas por el descenso térmico en mayor o menor grado. Ahora bien, es preciso subrayar que en las comarcas donde la helada ha sido más intensa la recolección de los frutos se encuentra ya en fase muy avanzada y, por tanto, no ha sufrido las consecuencias negativas.

En cualquier caso, habrá que esperar tanto la evolución de los frutos como del comportamiento de las temperaturas durante los próximos días para determinar el alcance de los posibles daños. Asimismo, también los cultivos de hortalizas que se encuentran en fase de producción como alcachofas o lechugas están sufriendo los efectos del frío.

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