Carmen Quintanilla Barba / Presidenta Nacional de AFAMMER
Hoy 25 de noviembre es un día para decir “No” a la violencia que se ejerce contra las mujeres en todas partes del mundo, que ven vulnerados sus derechos y sufren constantes ataques a su dignidad humana.
Aún no ha acabado el 2018 y en España ya hemos lamentado la pérdida de 44 mujeres por culpa de la violencia machista. Tampoco debemos olvidarnos de los 35 menores que han quedado huérfanos de madre.
De las 44 mujeres asesinadas, 9 vivían en municipios de menos de 10.000 habitantes. Y es que desgraciadamente, el 35% de los hogares rurales de pueblos donde viven menos de 10.000 personas, solo tienen acceso a un servicio público. Y cuando hablo de servicio público, me refiero a sanidad, a transporte, a educación, o a centros de asesoramiento e información para víctimas de la violencia de género.
Por otro lado, el silencio y la vulnerabilidad de las mujeres rurales que sufren violencia de género es mucho más palpable que en las ciudades por las especiales condiciones que se viven en estos entornos: círculos sociales más cerrados donde aun importa mucho el “qué dirán”, donde es más complicado que su relato sea creíble y el miedo al aislamiento social es mayor.
Si queremos acabar con la violencia de género tenemos que combatirla mirando hacia el futuro; rompiendo el silencio; y haciendo entender a las mujeres que la sufren que sí hay salida y que tienen que denunciar y pedir ayuda para salir del círculo de violencia en el que se encuentran.
Y al mismo tiempo, toda la sociedad en su conjunto tiene que entender que la violencia contra la mujer es uno de los principales obstáculos para alcanzar la igualdad, la paz, y el desarrollo sostenible. Objetivos que nunca serán posibles mientras una de cada tres mujeres de todo el mundo siga sufriendo violencia física o sexual, por parte de su compañero sentimental.
Es compromiso de todos erradicar una de las grandes lacras de nuestra sociedad. Y para ello hay que empezar desde la base, educando a los más jóvenes desde la igualdad y respeto y haciéndoles entender que todos tenemos los mismos derechos y no deben tolerar la violencia de género ni ningún comportamiento de control.
En el caso particular de España, es imprescindible que el Gobierno ponga en marcha lo antes posible todas las medidas recogidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género que fue un Sí a las mujeres. Un pacto fruto del consenso de todas las fuerzas políticas y de las más de 650 propuestas que realizamos las diferentes ONG, entre ellas AFAMMER. Donde pedimos que a través de las diferentes concejalías de igualdad se pudiera asesorar a los pueblos muy pequeños. Zonas donde es muy difícil crear un nuevo servicio pero donde sí se pueden mancomunar.
Me gustaría finalizar con una reflexión realizada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres: “Ghandi demostró que la no violencia puede cambiar la historia. Dejémonos inspirar por su coraje y convicción al continuar nuestra labor en pro de la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todos los pueblos del mundo”.