El economista agrario Tomás García-Azcárate ha destacado que el Brexit pesará sobre la negociación de las próximas perspectivas financieras de la Unión Europea (UE) y anticipa también «terribles presiones» para recortar las ayudas agrarias de los fondos de la Política Agraria Común (PAC) a partir de 2020.
García Azcárate, uno de los mayores conocedores sobre esta política, ha trabajado para la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea, ha participando en el diseño de algunas Organizaciones Comunes de Mercado (OCM) europeas, así como en ámbitos como las frutas y hortalizas, el aceite de oliva, la leche o las oleaginosas, entre otros sectores, en la UE.
Las ayudas serán en función del servicio que se preste y encaminadas a potenciar que sean más verdes
«Si hay menos dinero (para la PAC posterior al 2020), habrá que marcar prioridades», refiere García Azcárate, por lo que cree que los agricultores tendrán que ser remunerados por los servicios que prestan y «esto va a más, se llame greening, ayudas medioambientales o de otra forma».
En este contexto, si llegan más presiones sobre las ayudas y también para que éstas sean más verdes, «esto sólo se puede resolver si se avanza realmente en el equilibrio de la cadena alimentaria».
García Azcárate está convencido de los recortes, más aún después de que el propio comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, reconociera el pasado lunes en su visita a Madrid que el Brexit reducirá en 9.300 millones el futuro presupuesto comunitario, lo que podría dejar a la PAC post 2020 con 3.600 millones menos.
«La UE tiene que dar armas a los productores para que puedan crear valor, primero, y defender luego este valor en la cadena alimentaria, a través de organizaciones de productores, de las interprofesionales, o a través del derecho de la Competencia».
«Hay un nudo gordiano en el debate, que son las presiones presupuestarias. Y la única manera de resolverlo es ayudar a los agricultores a que saquen una renta digna del mercado. Esto es la clave», defiende García Azcárate.
Cree que la UE debería permitir «ajustar la oferta y la demanda siempre que se mantengan precios razonables al consumidor»
Ha señalado que es el momento de dejar organizarse a los sectores al tratarse de iniciativas que «no tienen coste presupuestario».
Ha opinado que la UE debería permitir a agricultores y ganaderos «ajustar la oferta y la demanda siempre que se mantengan precios razonables al consumidor. ¡No estamos hablando de imponer precios artificiales!».
En este sentido, ha afirmado que «cuando ves que se vende un tetrabrik de leche por debajo de 50 céntimos de euro, lo que los consumidores beben es sangre de ganadero, no leche».
La PAC actual está vigente desde 2015 hasta 2020, con una ficha financiera para España de 47.000 millones de euros, pero ya se han iniciado los debates para su reforma después de esta fecha, sobre la que pesan algunas incertidumbres por el ‘brexit’ y las necesidades de gasto para capítulos como la gestión de los refugiados.
Está previsto que la Comisión presente una primera comunicación a finales de este año o principios del siguiente sobre la futura PAC, una vez concluya el período de consulta que abría recientemente.
Sobre la posibilidad de explorar en la futura PAC la implantación de los «seguros de rentas», García Azcárate considera que «es una idea interesante» y, en este sentido, ha valorado que los Gobiernos de España y de Francia planteen proyectos piloto al respecto.
«Me parece un enfoque absolutamente inteligente e interesante. Se debería empezar con un proyecto piloto (para ver sus resultados) y luego ya discutiremos. No es una mala idea. Yo creo que estas iniciativas van por el buen camino», ha indicado.
Valoran el seguro de rentas pero no lo ven en Europa porque su coste debería salir de un recorte de las ayudas agrarias directas
En todo caso, no ve factible que en la UE pueda implantarse un seguro de rentas con presupuestos adicionales a los de la PAC porque lo más probable es que, si tiene un coste presupuestario, la única vía sería recortar las ayudas agrarias directas para nutrirlos.
En suma, el presupuesto disminuirá tras el Brexit y las exigencias van a ser más duras para los agricultores, lo que requerirá un «reequilibrio de la cadena alimentaria» para impulsar rentas.
Azcárate reclama, entre otras iniciativas, cambiar las normas de competencia para que el sector pueda gestionar la oferta y la demanda, y «permitirles una gestión privada de las crisis».
No descarta que la reforma de la próxima PAC se retrase más allá de 2020 -ve razonable que se postergue hasta 2023- por lo que será el reglamento Omnibus, actualmente en negociación, el que marque esta política y acometa cambios para los próximos años.
(Texto: Ginés Mena / Efeagro)