Frente a la triple crisis que padecen los agricultores franceses (del sector lácteo, bovino y porcino), la nueva Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea (UE) no aporta, a su juicio, respuestas eficaces. Desde el fin de las cuotas lácteas, en abril de 2015, y el embargo ruso, la agricultura gala pasa por una dura crisis, que ha llevado a muchos profesionales del sector al escepticismo y a cierto desencanto con Bruselas, según informa EurActiv-Francia.
La situación del sector ganadero porcino en Francia, que desde hace años padece numerosos problemas, ha visto en estos últimos tiempos como su situación se ha agravado, debido al embargo ruso. En el sector de la ganadería bovina, los precios apenas cubren los costes de producción y la situación es difícilmente sostenible.
las ayudas de emergencia de la ue son para los agricultores galos el símbolo de las dificultades que tiene la PAC
En cuanto a los productores de leche, el fin de las cuotas ha acentuado la crisis derivada del exceso de producción. Frente a esta conyuntura, el sector agrícola galo no ha dejado de reclamar medidas extraordinarias de Bruselas y concretamente del comisario de Agricultura, Phil Hogan, poco partidario de la intervención directa de los poderes públicos.
El pasado 18 de julio (2016), la Comisión Europea dio su visto bueno para desbloquear una nueva dotación económica con la cual apoyar al sector lácteo. “Me felicito por la concesión por parte de la Comisión Europea de una dotación (económica) consecuente y coherente con las insistentes peticiones que ha hecho Francia desde hace meses”, comentó el ministro francés de Agricultura, Stephane Le Foll.
Pero para los agricultores franceses, estas medidas de emergencia también son el símbolo de las dificultades que tiene la PAC para poder afrontar los problemas que tiene el sector.
“Con las actuales fluctuaciones de precios, sabemos que el dispositivo de la PAC no es suficiente”, asegura Claude Cochonneau, vicepresidente de las cámaras agrícolas francesas. La actual filosofía de la PAC, que cubre el período 2014-2020, se ha decantado por los mercados de exportación. “Pero en Francia hay un verdadero interés por ocupar el mercado local. En cuanto al tema de la capacidad exportadora de la UE, las opiniones están más divididas”, asegura el vicepresidente.
“Podemos pensar que en el futuro, la PAC hará un poco más (de esfuerzo) por los agricultores que se posicionan en el mercado local”, agrega Cochonneau.
El Gobierno galo también tuvo que ampliar el plazo de tramitación ante la complejidad burocrática de la pac
Las diferencias de opinión sobre la PAC son sintomáticas de la visión radicalmente distinta que existe entre Bruselas y el sector agrícola francés. “Europa conlleva una idea liberal”, admite Cochonneau. Su opinión no es compartida por el sector. “La idea de que el mercado regula, ya se ha visto qué resultados produce”, agrega.
La implementación de la nueva PAC no ha estado exenta de errores. En 2015 el gobierno francés dio una prórroga a 360.000 ganaderos para rellenar sus impresos de la PAC. La complejidad del nuevo procedimiento supuso retrasos en esas “declaraciones”. Tras ese fallo, se simplificaron los procedimientos, pero su complejidad sigue siendo un verdadero reto para los agricultores franceses, especialmente en el tema del “reverdecimiento”.
“Esta PAC, contrariamente al objetivo que se ha marcado, no es más sencilla”, asegura Thierry Fellmann, destacado miembro de las cámaras agrícolas francesas. “Las nuevas obligaciones en cuanto al ‘reverdecimiento’ crean más dificultades a los agricultores”, explica.
Para los ganaderos lácteos franceses, las ayudas europeas representan hasta el 150 ó 160% de su ingreso
Sin embargo, las subvenciones europeas suponen la mayor parte de los ingresos de los agricultores galos. “En Francia y en otros países de Europa, entre el 80 y el 90% de los ingresos de un agricultor provienen de las ayudas. Para los propietarios de vacas lecheras, ese porcentaje puede elevarse hasta el 150 ó 160% del ingreso”, subraya Thierry.
¿Una Europa que tranquiliza? La diversidad de opiniones debería, de hecho, figurar en el centro de la nueva reforma de la PAC, y en Bruselas el “melón” de la conveniencia de seguir dedicando el 38% del presupuesto de la UE a las ayudas agrícolas ya está abierto. “Vemos que para legitimar la PAC después de 2020 habrá que encontrar nuevos argumentos”, admite Cochonneau.
Otra idea para incluir en la reforma podría pasar por dedicar una parte de las ayudas al capítulo de seguros contra imprevistos climáticos o contra fluctuaciones del mercado o para paliar factores de crisis agrícolas repetitivas. Un modelo que ha demostrado su éxito en países como Canadá. Pero para alentar a los agricultores a abrazar una nueva PAC y a invertir en ella, habría que dedicar casi “un tercio del presupuesto (de la PAC) al tema de los seguros”, agrega Cochonneau.
Por el momento, la parte de las ayudas agrícolas europeas consagradas a seguros ante riesgos climáticos apenas supone el 2% del presupuesto global.
(Texto: EurActiv/ Cécile Barbière y Fernando Heller)