Las comunidades autónomas abordan uno de los mayores programas de prevención de las últimas décadas para blindarse frente a la entrada de la bacteria de la xylella fastidiosa desde Baleares, pero piden tranquilidad para evitar la «psicosis» que se empieza a detectar entre muchos agricultores.

Su peligrosidad es de sobra conocida: la enfermedad bacteriana tiene al menos 4 subespecies que afectan a más de 300 hospedantes, tanto agrícolas -como cítricos, vid, frutales, almendro u olivo-, como ornamentales (romero, adelfa, polygala…).

En las Islas Baleares respiran con el actual protocolo, pero temen que la CE les obligue a un programa de erradicación

Las autonomías adaptan y aplican a sus especificidades el Plan Nacional de Contingencia de  la Xylella fastidiosa -elaborado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), que complementa y desarrolla las medidas de la Unión Europea-, e incluye un Protocolo de Prospecciones para la detección precoz y un Programa de Erradicación, en caso de detectarla.

El Colegio de Agrónomos de Levante pide «cordura y prudencia» ante la detección de Xylella en un centenar de especies vegetales de Baleares y ve necesario «aprender a convivir» con esta bacteria.

De la misma opinión son los agricultores, asegura el gerente de Asaja-Baleares, Joan Simonet, quien aprueba el protocolo de contención del Gobern -se eliminan sólo los árboles afectados- y no quiere pensar que la UE pudiera obligar a la Comunidad, en el futuro, a adoptar un programa de erradicación, que supondría prácticamente «el final de los cultivos permanentes en Mallorca».

Si Bruselas decidiese en los próximos meses dar un paso más hacia estas últimas medidas, «deberíamos plantearnos incluso la salida de España de la UE», ironiza Simonet, porque implicaría talar y destruir los arboles a 100 metros a la redonda desde cada ejemplar afectado, incluyendo leñosos y masas forestales -encinas o pinos-.

«Debe imperar el sentido común en la UE» y mantenerse el protocolo de contención actual, que apoyan Mapama y Gobern, afirma.

«Los agricultores tienen inquietud, pero no hay una plaga masiva; el centenar de casos afectados son en su inmensa mayoría olivos, almendros y acebuches semi-abandonados, en zonas marginales. La bacteria no está atacando plantaciones sanas», explica el gerente.

Miedo a la psicosis: «Ahora, todo el mundo que tiene una rama seca, la está llevando a la Consejería para analizar»

Pide que los sectores no caigan en la «psicosis», tras comprobar que «ahora, todo el mundo que tiene una rama seca, la está llevando a la Consejería para analizar». ¿Reacción desproporcionada?

Simonet recuerda que el viñedo de EEUU convive con la xylella fastidiosa desde hace cien años y allí no se han adoptado medidas traumáticas.

Los agricultores ofrecen su colaboración, además, para eliminar los vectores que transmiten la bacteria -unos insectos del género de los «cicadélidos», especialmente- con los tratamientos aconsejados.

Las comunidades se juegan mucho -los efectos económicos y ambientales podrían ser enormes- y los trabajos de vigilancia son ingentes, si bien todos los análisis han dado negativos.

Oleada de inspecciones en todas las CCAA que señalan que, hasta ahora, no hay ninguna plaga

Aragón tiene más de 180.000 hectáreas de cultivos que potencialmente pudieran verse en riesgo, en caso de que entrara la xylella fastidiosa a la Península, recuerda el director del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal, Emilio Betrán. Y no se arriesgan.

De momento, la descartan tras realizar, sólo en 2016 y en el marco del protocolo regional de prospecciones, 126 inspecciones a viveros y visitar 2.700 hectáreas de plantaciones -como olivo, almendro, viñedo, melocotonero o nectarino- y masas forestales.

La Consejería de Agricultura de Andalucía tampoco encontró xylella tras realizar 367 actuaciones de vigilancia en 2016 y tomar hasta 1.592 muestras de material vegetal sensible.

De las citadas 367 actuaciones, 195 se han centrado en el olivar (129 en viveros y 66 en explotaciones); no en vano, es la primera productora mundial y quiere evitar los estragos en Apulia, Italia.

En Murcia, el plan de contingencia incluye la inspección de unos 250 viveros y «Garden centers», y 150.000 hectáreas de cultivos; ya han redoblado los esfuerzos para poner al día los métodos analíticos por parte del Laboratorio Agroalimentario y de Sanidad Animal.

Cataluña «está libre de xylella», declara también su directora general de Agricultura y Ganadería, Teresa Masjuan, después de que se hayan analizado 814 muestras a lo largo de 2016.

Y la Comunidad Valenciana, que cuenta con la mayor red de detección de Europa, incrementará la vigilancia para evitar que pueda llegar material vegetal hospedante desde Baleares, asegura el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes.

La Dirección General de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias de Castilla y León ha realizado, dentro del plan de prospecciones, 498 inspecciones, con «cero» positivos.

Son sólo algunos ejemplos de los planes autonómicos; mientras tanto, y por lo que respecta a Baleares, contarán con el apoyo de la publica Tragsa en la «cruzada» anti-xylella, que reforzará los laboratorios y erradicará árboles y plantas dañados en las islas.

El problema ha saltado, además, a la arena política y, tras monopolizar jornadas en el Senado, el portavoz de Agricultura del PSOE, Felipe Sicilia, solicitaba, esta semana, la comparecencia de la ministra Isabel García Tejerina en el Congreso de los Diputados.

(Texto: Ginés Mena / Efeagro)

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